Aunque no han sido objeto de discriminación en espacios públicos, decenas de madres lactantes se enfrentan a miradas morbosas cuando alimentan a sus bebés con leche materna, pese a ser una práctica natural entre madres e hijos.
Durante la “Gran tetada” que se realizó ayer en la Plaza de la Danza en el marco de la Semana Nacional de la Lactancia Materna, varias madres lactantes coincidieron en que este tipo de miradas son una constante en espacios públicos.
Fabiola Cervantes, ama de casa y activista, afirmó que una de las dificultades a las que se enfrentan las madres es que haya personas que las miren fijamente cuando sacan su pecho para dar de comer a sus bebés.
“Nuestro pecho es un recipiente de alimento y muchas veces es incómodo para una mujer hacerlo de manera natural porque no está esa cultura ni está normalizado”, lamentó la mujer madre de un bebé de 8 meses.
Destacó la importancia de permitir que las madres puedan alimentar a sus bebés de manera natural y sin incomodidades, porque los bebés no conocen de tiempo y piden leche constantemente.
“No le podemos decir a nuestros bebés que se esperen a que lleguen a la casa o irnos a un baño porque eso es insalubre. Cuando el bebé requiere de alimento la mamá debe darle en cualquier momento y en cualquier lugar”, expuso.
Otras madres coincidieron en que la sociedad debe apoyar a las mamás lactantes sin verlas con morbo ni discriminarlas, porque es un derecho tanto del bebé como de ellas durante el tiempo que crean necesario.
Varias de las madres que acudieron a la “Gran tetada” señalaron que ante la presencia de varias enfermedades, es importante que las niñas y niños sean protegidos con leche materna exclusiva al menos por seis meses desde que nacen y después combinarla con alimentos por el tiempo que ambos decidan.
“Yo di leche materna a mis primeros hijos hasta tres años y ahora se encuentran muy sanos. Casi no se enferman y me ahorré bastante en biberones y leche de lata”, expuso Carolina Martínez, otra madre de familia.
