Además de ser un atractivo turístico y por ende considerado parte esencial en el impulso para la economía de Santa María del Tule, el milenario árbol del Tule es fundamentalmente un orgullo para las y los habitantes de esta comunidad zapoteca del valle central de Oaxaca. Es también un ejemplo de la necesidad e importancia para cuidar la naturaleza y a los árboles en general sin importar su edad o tamaño.
“Yo me siento muy emocionada por mi árbol, mis raíces y las comidas de Santa María del Tule”, cuenta Emma Vásquez, quien después de haber tenido que emigrar y vivir por 17 años en Estados Unidos pudo regresar hace 10 a esta población cercana a la ciudad de Oaxaca.
Para ella, que tiene 65 años de edad, el haber emigrado la llevó a valorar más su pueblo y el árbol. Aunque el respeto por ambos lo ha mantenido toda la vida y lo ha transmitido a sus nietos y nuevas generaciones.
“Sobre todo contarles a los nietos todo lo que uno vivió acá porque cuando no estaban los barandales el árbol estaba un poquito descuidado y ahora está hermoso”, explica. Como esto, el llamado le extienden a todos los habitantes para no arrojar basura y otros daños.

La habitante considera que, así como a este ahuehuete, uno de los árboles más emblemáticos y famosos del estado y del país, es necesario cuidar a todos los árboles, también plantar más ejemplares “porque necesitando de la sombra, del oxígeno”.
El ahuehuete es una especie de árbol que también se conoce como sabino y se considera un árbol del agua, pues generalmente crece a las orillas de los ríos.

Como Emma, Delfina Manuel, de 65 años de edad y originaria de esta comunidad zapoteca, el árbol es un motor para la población. “A nosotros nos da mucha satisfacción que la gente venga porque también nos ayuda en lo económico porque viene a ver el árbol.
Para Lucía Alfredo Santiago, proveniente de Miahuatlán de Porfirio Díaz y hablante del zapoteco, este árbol es uno que le gusta mucho, así como la misma comunidad. Árboles de este tamaño y majestuosidad son únicos, explica, pues, aunque en su natal Miahuatlán hay ejemplares de gran tamaño no se comparan con el ahuehuete.