En un giro inesperado de los acontecimientos, la mañana de este lunes en Oaxaca, el sacerdote Armando Barrón Peralta dejó atrás sus votos religiosos para casarse con Venildia Abigail López González, una migrante hondureña con la que mantenía una relación desde hace 10 meses. El ex-párroco, de 68 años, no solo se une en matrimonio, sino que también abandona su vida clerical para comenzar una nueva etapa junto a su pareja.
LA CEREMONIA
La ceremonia civil se llevó a cabo en presencia de la Juez del Registro Civil, Elizabeth Gurrion Matías, quien validó la unión tras confirmar que se cumplieron todos los requisitos legales. Como testigo de este singular acontecimiento estuvo el padre José Alejandro Solalinde Guerra, defensor de los derechos de los migrantes, quien apoyó a su colega en esta decisión y firmó el acta de matrimonio.
La boda, que fue presenciada únicamente por los testigos, se realizó en un ambiente íntimo y emotivo. A pesar de la discreción, la noticia se difundió rápidamente y generó reacciones en distintos sectores de la sociedad. La pareja, que se conoció en el albergue para migrantes “Hermanos en el Camino” en Ciudad Ixtepec, donde Abigail, de 48 años, se refugió durante su viaje hacia Estados Unidos, decidió dar este importante paso tras meses de reflexión y convivencia.
UN AMOR QUE DESAFÍA TRADICIONES
La relación entre Armando y Abigail comenzó como una amistad, pero con el tiempo se convirtió en un romance que los llevó a cuestionar las tradiciones religiosas y personales. Fue en octubre de 2023 cuando el entonces sacerdote decidió pedirle a Abigail que fuera su novia. Luego, juntos tomaron la decisión de dejar atrás la vida clerical de él para formar una familia.
El proceso para abandonar los hábitos, que en el pasado podía tardar años, fue facilitado gracias a una reforma al Código de Derecho Canónico realizada por el Papa Benedicto XVI, permitiendo a los sacerdotes obtener la autorización de su superior para renunciar a sus funciones. Con este trámite concluido, Armando y Abigail pudieron formalizar su relación ante la ley.
UNA NUEVA VIDA JUNTOS
Tras la firma del acta de matrimonio, la Juez exhortó a la pareja a mantener una relación basada en el amor, el respeto y el apoyo mutuo. Aunque la ceremonia no contó con la presencia de muchos invitados, en el albergue donde se conocieron se celebrará una pequeña convivencia para festejar su unión.
La historia de Armando y Abigail es un recordatorio de que el amor puede romper fronteras, tanto geográficas como religiosas. Su unión marca el inicio de una nueva vida, en la que el ex-sacerdote y su esposa enfrentarán juntos los desafíos que les depara el futuro. Con ello demostrando que, al final, el amor puede ser más fuerte que cualquier voto o tradición.