A partir de 2018 las principales instituciones de salud con el servicio de diálisis realizan más de un millón de sesiones anuales a pacientes con insuficiencia renal, la mayoría derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que en 2017 la entidad dio un conteo de 986 mil 901 sesiones por diálisis a 18 mil 859 personas, que incrementó en 2018 a un millón 096 mil 947 sesiones a 18 mil personas.
Desde ese año, el número de sesiones rebasó el millón, al considerar que en 2022 fue de un millón 232 mil 976 sesiones para 19 mil 649 personas, mientras que en 2023 fue de un millón 259 mil 914 para 18 mil 279. De estas, 13 mil 551 fueron del IMSS
De acuerdo con el Fondo Americano del Riñón, la diálisis es un tratamiento encaminado a depurar la sangre cuando los riñones no son capaces de hacerlo y ayuda al organismo a eliminar los desechos y el exceso de líquido de la sangre.
“Hace parte del trabajo que hacían los riñones cuando estaban bien. Un riñón sano y en funcionamiento puede depurar el líquido y los desechos las 24 horas del día. La diálisis solo es capaz de hacer un 10% a 15% de lo que hace un riñón normal”.
Añadió que aquellos que necesitan la diálisis son los que tienen falla renal, también llamada enfermedad renal terminal (ERT), que “significa que los riñones ya no son capaces de atender las necesidades de depurar de la sangre los desechos o el líquido extra”, que se pueden acumular y enfermar a la persona.
Para quienes no cuentan con derechohabiencia, como del IMSS o ISSSTE, se debe buscar atención privada o realizar este proceso en las viviendas, donde es necesario acondicionar un espacio limpio para poder llevarlo a cabo.