Debido a una variedad de problemas que afectan su experiencia de viaje, aumentan las quejas y denuncias de usuarios de líneas aéreas y del aeropuerto Internacional de Oaxaca ubicado en Santa Cruz Xoxocotlán.
Desde retrasos constantes en vuelos, hasta servicios deficientes y una comunicación ineficiente por parte de aerolíneas y autoridades aeroportuarias, la frustración ha ido en aumento y se hace cada vez más visible en redes sociales y medios de comunicación.
Los retrasos en vuelos nacionales han aumentado más del 20% en el último año y aunque algunos pueden atribuirse a condiciones meteorológicas, muchos pasajeros denuncian falta de planeación por parte de las aerolíneas, así como problemas operativos y logísticos que provocan largas esperas sin explicaciones claras.
Los usuarios también critican la escasa comunicación y el trato poco empático del personal en tierra, sobre todo con las personas de tercera edad que deben de valerse por sus propios medios para trasladarse en andaderas o sillas de ruedas, sin rampas especiales o personal que acuda en su auxilio.
Otro problema recurrente es la falta de mantenimiento y condiciones inadecuadas en las instalaciones. Baños en mal estado, falta de asientos en salas de espera, aire acondicionado que no funciona adecuadamente y largas filas en los filtros de seguridad contribuyen a una experiencia incómoda para los viajeros.
“Volar en México se ha vuelto un martirio. Desde que llegas al aeropuerto, el caos es constante”, expresó un usuario en redes sociales.
El aumento de la demanda turística no ha sido acompañado por una mejora proporcional en la calidad del servicio. Las aerolíneas han incrementado la venta de boletos, pero sin invertir lo suficiente en personal o infraestructura, lo que se traduce en vuelos sobrevendidos, mal manejo de equipaje y menor atención a los pasajeros.
Ante este panorama, organizaciones civiles y especialistas en transporte aéreo exigen a las autoridades una revisión urgente de las políticas de regulación y supervisión, así como medidas efectivas para mejorar la calidad del servicio en aeropuertos y aerolíneas.
La necesidad de modernizar instalaciones, capacitar mejor al personal y garantizar los derechos de los pasajeros es una demanda creciente en un país que cada vez depende más del transporte aéreo para su desarrollo turístico y económico.
La molestia de los usuarios no es un problema aislado, sino el reflejo de un sistema que requiere reformas profundas y una mayor sensibilidad hacia el viajero. Si no se atienden pronto estas inconformidades, el descontento podría escalar, afectando la imagen del país como destino turístico y centro logístico regional.