Angélica viajó desde la región de la Mixteca con un grupo de personas, llegó ayer a la ciudad capital con su hijo de escasos 5 años de edad a formar parte del contingente que se movilizó a 13 años del homicidio del fundador y líder del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), Heriberto Pazos Ortiz.
Los hijos de la mujer integrante de este movimiento, no fueron los únicos niños que formaron parte de la marcha, porque varios menores de edad participaron en esta protesta que tuvo como punto de salida el crucero de la Secretaría de Bienestar en la carretera 190, y en la agencia de Santa Rosa Panzacola.
Angélica portó su vestimenta característica del distrito de Tlaxiaco, su hijo siempre caminó frente a ella portando una playera de manga larga azul, para protegerse del sol.
Detrás de la manifestante venía una de sus familiares, y con ella, una niña que caminó al lado de su mamá.
Los menores caminaron en las calles de la ciudad, en medio de consignas y exigencias de justicia que poco entendían.
Al pasar frente a la terminal de autobuses de primera clase, el cansancio se veía en el caminar de los menores de edad, quienes avanzaron sobre la carretera federal 190 y llegaron a la calzada Héroes de Chapultepec, para seguir en la ruta al centro de la ciudad.

Algunas mujeres del contingente que formó la organización “23 de Octubre”, llevaban en la espalda algunas pertenencias y en las manos sostenían a sus hijas e hijos.
Con sombrillas, trapos para cubrirse la cabeza, las personas con banderas blancas en mano, fueron avanzando lentamente en la carretera y calles de la ciudad, para pedir justicia por el caso del líder que fue privado de la vida el 23 de octubre de hace más de una década.
A la par de esta movilización, integrantes de la Asamblea de Pueblos Indígenas marcharon de la agencia de Santa Rosa Panzacola, en el Mercado zonal al zócalo de la ciudad de Oaxaca, donde formaron parte de un solo mitin político.
En este aniversario luctuoso del fundador del MULT y del Partido Unidad Popular (PUP, salieron a las calles también integrantes de la API, además de la organización 23 de Octubre.
En tanto, con los pies cansados, cientos de personas llegaron al zócalo de la ciudad para culminar con la movilización, y se concentraron en las jardineras donde les llevaron la comida, el agua y el refresco.
Y en las calles, decenas de camionetas estuvieron estacionadas para esperar regresar a las personas a sus comunidades de origen.