Nos seguirán acompañando desde la eternidad: Arzobispo
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Nos seguirán acompañando desde la eternidad: Arzobispo

Encabeza Pedro Vázquez Villalobos la ceremonia luctuosa en memoria de los accidentados en la Mixteca


Foto (derecha): Adrián Gaytán El Arzobispo Pedro Vázquez Villalobos, encabezó la misa en memoria de las y los fallecidos por el accidente carretero.
Foto (derecha): Adrián Gaytán El Arzobispo Pedro Vázquez Villalobos, encabezó la misa en memoria de las y los fallecidos por el accidente carretero.

Desde el municipio de Santiago Yosondúa, de donde eran originarias varias de las víctimas del accidente carretero registrado el pasado miércoles en la comunidad de Magdalena Peñasco, el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, encabezó la misa en memoria de las y los fallecidos.

Entiendo que hay muertes que no es fácil aceptarlas. Ninguna es fácil, pero, esta muerte tan inesperada, no es fácil que la aceptemos. Lo estábamos esperando en casa, venía a casa, venía con nosotros y, en el camino, se ha quedado.

 

¡Cuánto dolor!, ¡cuánta lágrima! cuánta pregunta se ha hecho usted, lo entendemos, pero sí es importante que usted, en su vivencia de fe pueda aceptar este momento venido de Dios. Así lo ha querido Dios y no porque quiera hacernos sufrir, llorar, entristecernos, no es por eso, es porque nosotros vamos a tener un fin y no sabemos cómo”, destacó el Arzobispo.

En presencia de familiares y la comunidad católica, señaló que es muy difícil aceptar la muerte de un niño o joven:

porque pensamos que tenía larga vida y Dios nos dice lo contrario, sólo estos poquitos años vivirá contigo. Es difícil aceptar la muerte de alguien que no estaba enfermo, según nosotros, y murió inesperadamente. Es muy difícil aceptar la muerte de un accidentado. Es la experiencia que vivimos hoy como familia, como comunidad, despidiendo a nuestros hermanos, cuyos cuerpos mortales están aquí y sepultaremos con el respeto debido.

 

A veces Dios nos permite prepararnos para despedirnos del ser querido, cuando tenemos, por ejemplo, un enfermito que cada día se va agravando más y más y lo vemos que se va desgastando, que se va acabando. Todo ese tiempo nosotros nos vamos preparando para el momento de la despedida, para el momento de la muerte, pero no nos preparamos para el momento de un accidente, no estamos preparados y por eso, si se ha ido mamá, tal vez nosotros decimos: me vas a hacer mucha falta y es verdad. Mamá nos hace falta, papá nos hace falta, el hermano nos hace falta, el amigo nos hace falta.

 

Pero estamos pensando humanamente, vamos pensando también en la fe. Mamá, papá, hermano, amigo, seguiremos unidos en el amor. Este corazón nuestro seguirá amando al que se ha ido, no dejará de amarlo y el que se ha ido no dejará de amarnos, porque nosotros creemos y queremos que el ser querido que se fue esté en la contemplación del amor por excelencia, que es Dios y, que ese amor de los que se han ido, sea un amor perfecto, porque está contemplando a Dios y lo contempla por toda la eternidad”.

 

Foto: internet / La curva donde desbarrancó el autobús de la línea “Autotransportes Yosondúa”.

 

En su mensaje, Vázquez Villalobos dijo a los creyentes que, desde allá:

esos seres que nos han acompañado en la vida, por estos años, nos seguirán acompañando desde la eternidad y, hoy, les decimos a Dios: “Señor, misericordia” porque queremos que ellos sean perdonados de todas sus debilidades, de todas sus miserias y pecados. Se lo pedimos desde lo más profundo del corazón y tocamos a la misericordia de Dios y Dios es misericordioso. Siempre perdona”.

 

Si hoy derrama lágrimas, es por amor, le derrama lágrimas a alguien que usted está amando y le seguirá amando por siempre y, el más grande amor es de Dios y, hoy, nosotros le decimos al que siempre ama y perdona: “ten misericordia” y Dios escuchará nuestro ruego y tendrá misericordia, porque no es un ruego de los labios para afuera, como decimos, es un ruego que sale de nuestro interior y de nuestro corazón, movido por el amor, y se dirige al amor por excelencia, que es Dios, al que verdaderamente nos ama y nos perdona”.

De la misma manera, el Arzobispo agradeció a quienes han orado y apoyado a los familiares de las víctimas. “Gracias por pedir por los que ya se fueron, por pedir por los que ya terminaron su peregrinar por este mundo, pero también pidamos por los que se han quedado, por el dolor, por su sufrimiento, por sus penas y por sus lágrimas”.

Mis palabras tal vez no fortalezcan, porque Dios es el que fortalece, y a él le pido que le llene de fortaleza, que lo consuele, que enjugue sus lágrimas. A él le pido que le llene de esperanza, que le llene de esperanza”, apuntó.


aa

 

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