Contra viento y marea, Atzompa mantiene su legado artesanal

El mercado de artesanías de Santa María Atzompa concentra el diseño de 120 personas que trabajan con el barro natural, el verde y el rojo para exponer sus piezas y venderlas.

Teresa Martínez Rmírez y Leonel Juárez Cortés, con 15 y 30 años de dedicarse a esta actividad, reconocen que en estas fechas hay pocas ventas, pese a las diversas celebraciones de mayo.

Las y los artesanos aprendieron este oficio y arte de sus familiares, dado que es una artesanía propia de este municipio conurbado a la ciudad de Oaxaca de Juárez y con el cual, sobreviven económicamente las familias.

Teresa Martínez es artesana y alfarera, tiene especialidad en macetas de ornato, con el barro natural, el rojo y el barro verde, además de emprender técnicas como el barnizado que fue aprendiendo poco a poco.

En el mercado, les dieron puestos de dos metros y cada persona es responsable de surtir y de llevar sus creaciones para que lleguen las visitantes a comprarles las ollas, cazuelas, juguetes, macetas, jarros, jarrones y salseras.

Pero hay una amplia gama de loza en los estantes en donde se exponen estas piezas con precios accesibles y elaborados por personas nativas de esta comunidad.

Nosotros aquí en nuestro mercado tenemos los precios accesibles, no ponemos los precios muy elevados porque no se va a vender, no tiene caso que estén elevados de precio acá y barato allá en las casas”, dijo la artesana.

No obstante, en la pandemia les fue muy mal, porque el mercado estuvo cerrado entre dos o tres meses y muy poca gente acudió a comprarles, debido a la jornada de sana distancia.

Después de esos años de caída de las ventas, ya se va controlando la llegada de turistas, siendo los días que tenemos más gente en las festividades de fin de año, Semana Santa, en julio y agosto”, expresó la señora desde el puesto que tiene en este mercado.

A Atzompa, acude en su mayoría el turismo nacional que busca comprar las piezas y son quienes más admiran el trabajo de las y los artesanos.

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Por su lado, Leonel Juárez Cortés, con 50 años de edad, lleva dedicando 30 años al trabajo del barro como una herencia de sus padres, de los abuelos y propio de Atzompa.

Para esta ocasión, hay escasez de venta porque la temporada no beneficia y el Día de las Madres tampoco atrae mucha gente.

Ahorita estamos tristes porque no tenemos ni clientes. Mire que estamos muy bajos en estas fechas debido a que la gente ya está muy gastada en sus recursos económicos”, expresó.

Los precios que manejan en este mercado son accesibles, porque los visitantes pueden encontrar macetas de entre 50 y 60 pesos o más, y hay piezas que son más caras porque la elaboración lleva más tiempo.

Nosotros buscamos el material para elaborar, damos el conocimiento necesario y para eso, los años de estar trabajando nos han enseñado las técnicas precisas para esta actividad”, expresó.

El centenar de personas hace sus piezas en sus casas y después las llevan al mercado para venderlas y así mantener vigente el barro de Santa María Atzompa.