Don Reynaldo Hernández Martínez, corta y peina canas
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Don Reynaldo Hernández Martínez, corta y peina canas

A sus 78 años de edad, Don Reynaldo, originario de Zaachila ha dedicado la mayor parte de su vida como peluquero


Fotos: Jesús Santiago / Con casi 60 años como peluquero, Don Reynaldo lleva 4 años en el Buen Tono.
Fotos: Jesús Santiago / Con casi 60 años como peluquero, Don Reynaldo lleva 4 años en el Buen Tono.

En El Buen Tono “los 365 días del año hay trabajo; nunca cerramos”. Para Don Reynaldo Hernández Martínez, ser peluquero es entregarse a un oficio donde no solamente hay que hacer un buen trabajo sino volverse un buen conversador. Que el cliente salga satisfecho y regrese por la calidad del corte es lo que el oriundo de la Villa de Zaachila ha hecho en más de 50 años en el oficio. Ya sea en Nayarit, en Guadalajara, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guerrero, Hidalgo y Ciudad de México, los estados en los que laboró antes de la ciudad de Oaxaca.

En el corazón de la capital, en un local de la avenida Hidalgo, Hernández ha tenido como compañeros inseparables a cuatro sillones de cerca o más de 100 años de antigüedad, 76 de ellos en El Buen Tono. También a otro colega que en estos días se tomó un descanso.

Es aquí donde uno a uno han llegado los clientes para confiarle sus melenas, algunas de tonos oscuros y otras de plateado. Don Reynaldo, quien aprendió el oficio en el 40 Batallón de Infantería, del que fue parte del 1967 a 1976, sigue el ritual casi en automático. Con un pañuelo y capa de corte los cubre para evitar que se le impregnen los cabellos que caen. Toma las tijeras y el peine y empieza a cortar por aquí y por allá. Pareciera que no hace falta decirle cómo se requiere el corte.

Hay quienes optan por leer el diario que reposa en una de las mesas, pero casi siempre se dejan llevar por la plática que pronto surge entre peluquero y cliente, pero que parece una de amigos que se conocen desde hace años.

Políticos, empresarios, obreros, turistas y personas de todos los estratos y ocupaciones han llegado a esta peluquería que antes de la avenida Hidalgo estuvo en el otrora Portal de Clavería, en el Marqués del Valle.

 

“Ser peluquero es entregarse a un oficio donde no solamente hay que hacer un buen trabajo sino volverse un buen conversador”: Reynaldo Hernández Martínez

 

Reynaldo Hernández Martínez quedó huérfano de madre y padre desde los 7 años de edad. A sus 78 años de edad, lleva casi 60 como peluquero, un oficio que como el de pandero aprendió a los 20 años en el Ejército. En El Buen Tono ha laborado los últimos cuatro años, incluso durante los inicios de la pandemia, pues el local nunca cerró.

Ser peluquero, dice, es una bendición que agradece “a Dios” por tener a esta edad. “Todavía veo, escucho bien; soy deportista, me voy a correr diario 2 kilómetros, me baño con agua fría”, comparte el padre de una médica internista y una arquitecta.

Entre el talco, la loción, el alcohol para desinfectar, los cepillos y peines y alguno que otro objeto de decoración o un reloj de pared, Reynaldo cuenta que en peluquerías tradicionales “lo que pide el cliente es que la mesa esté esterilizada, limpia”. Por eso en cada servicio también se cambian las navajas por unas nuevas.

Por cada corte, en El Buen Tono se cobran 100 pesos, una cifra que Don Reynaldo considera que no es elevada, en especial comparado con el lugar en donde se localiza la peluquería, pues la “renta es cara”. De lo que se trata, apunta, “es no castigar al cliente, que éste siga viniendo, dar un buen servicio”.

En el Centro Histórico de la ciudad, oficios y establecimientos como éstos han desaparecido poco a poco, y en su lugar han aparecido las llamadas barberías. Para Reynaldo, peluquerías como esas “van de paso” y no duran porque “cobran muy caro”, algo que contrasta con la situación económica de la mayoría de las familias.

Son como una tempestad que llega y pasa, no duran. Para que un establecimiento dure en un lugar 76 años… ¿oiga usted?”, prosigue quien lo mismo ha atendido a mexicanos que a japoneses, alemanes, irlandeses y de otros países.


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