En sus rostros infantiles se percibe la emoción por tener una fotografía con Melchor, Gaspar y Baltazar, los tres Reyes Magos que la tradición católica describe en la “Adoración de los magos al niño Jesús”, y que este día se han colocado en el atrio de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
Pero la alegría de ellos, acompañados de sus familias, contrasta con el semblante de los pequeños que deambulan a unos metros del escenario montado por la celebración.
Entre el Zócalo y la Alameda de León, varios menores tratan de vender textiles o productos de madera. Solos o junto a sus madres, principalmente. A su lado caminan también algunas familias, que en el Día de Reyes han ido en busca del obsequio. Un globo, un carrito de plástico o un regalo por descubrir en la bolsa amarilla de una tienda departamental.
Para los abuelos y padres, mantener la ilusión es lo primordial, pues en su infancia no les tocó vivirla o disfrutarla. Tal vez por la situación económica o lo ajeno de una tradición que ahora está más extendida y que parece un pacto social más que una creencia religiosa.
Los parques y jardines, incluso la Central de Abasto, son los escenarios de este Día de Reyes, de la convivencia en familia en la ciudad de Oaxaca. Aunque en un día frío que es parte de la temporada, o de los cambios que en el clima se han dado por la acción humana.
La Plaza de la Constitución o Zócalo es uno de los principales lugares para convivir, bajo la sombra de sus frondosos y longevos laureles.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que las ciudades cuenten con 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Pero en la capital, la escasez de ellos hace que la Alameda, el Zócalo y el parque El Llano sean los más concurridos en el centro. En la urbe de 270 mil habitantes solo hay 0.29 metros cuadrados de área verde por cada uno. Así lo dice el Plan Municipal de Desarrollo 2022-2024.
Es en estos sitios donde la celebración del Día de Reyes se vive entre globos de helio, la brisa de la mañana o del mediodía, entre los sonidos de la marimba o de un conjunto con música andina. Pero también entre el temor por la inseguridad que no deja exenta a la ciudad. Y por la que algunos padres dejan de acudir a los parques y jardines con sus hijos.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2022, señala que en Oaxaca el 64.9 por ciento de las personas mayores de 18 años no permite que los menores de edad salgan solos.
Varias comerciantes del Zócalo llevan a sus bebés a sus espaldas. El Día de Reyes es una celebración desconocida o en la que la necesidad económica supera a la ilusión de recibir un regalo.
La Feria del Juguete
A unas cuadras del corazón de la ciudad, el sonido de la marimba es cambiado por el de altavoces, por el ruido de los motores. Y cientos de metros hacia el sur, por el de los altavoces que ofrecen remedios mágicos para muchas enfermedades, o desde los que salen ritmos de banda, reggaetón o cumbias. Los carritos conocidos como diablos son conducidos por hombres que llevan a cuestas la fruta y demás mercancía entre cientos de puestos colocados en la Avenida Central.
La Feria del Juguete ha cerrado el paso al tránsito vehicular en la mayor zona comercial de la ciudad y del estado. Las reinas y reyes magos buscan ahí el regalo para los menores del hogar.
Sandra, de 33 años de edad, dice que los infantes de ahora tienen más inclinación por aparatos tecnológicos o videojuegos que en los juguetes tradicionales o de menor precio.
Mientras sostiene un paquete de juguetes “más normales”, trata de seguir esta tradición con su familia. Y como ella, lo hacen otros tantos que recorren los puestos en busca del obsequio para mantener la ilusión por la llegada de los magos de oriente. El oro, el incienso y la mirra han dado paso a los juguetes, la ropa y la rosca de reyes. Incluso a un videojuego o la foto del recuerdo con Melchor, Gaspar y Baltazar.
