Clases virtuales, un reto para el magisterio de Oaxaca
El aislamiento forzado para evitar propagación sumará cerca de 60 días de trabajo en casa
La niñez oaxaqueña no se había quedado sin clases presenciales desde el añejo conflicto social y político del 2006, cuando la Sección 22 del SNTE suspendió actividades por más de tres meses.
A diferencia de las suspensiones por actividades sindicales en Oaxaca en años pasados, hoy la Sección 22 del SNTE hace frente a la actual contingencia sanitaria y aislamiento social con medidas que van desde el uso de las redes sociales hasta la radio comunitaria.
No obstante 14 años después, con la declaratoria de contingencia por Covid 19, la Secretaría de Educación Pública (SEP) decretó la suspensión de actividades educativas presenciales, desde el pasado 23 de marzo, como forma de contener la propagación del virus.
De esta forma, cerca de 900 mil alumnos de diversos grados y niveles educativos se fueron a sus casas como parte de la estrategia federal “Quédate en Casa” y más tarde lanzarían “Aprende en Casa”.
“En este año llevamos unos 45 días de trabajo educativo en los hogares con los niños y jóvenes estudiantes, pero ahora la SEP publicó un nuevo acuerdo por el que se extiende hasta el 30 de mayo la suspensión de actividades en Oaxaca”, señala el sociólogo universitario Carlos Sorroza Polo.
Y es que tan solo en el 2019, los maestros de la Sección 22 llevaron a cabo movilizaciones en contra de la reforma educativa a lo largo de ocho días.
Aunque la autoridad educativa reconoció que en ese año no se llevaron a cabo paros educativos, el magisterio democrático lanzó convocatorias para paros escalonados y a contraturno.
A su vez, en el 2017 a raíz del sismo que impactó en el Istmo de Tehuantepec, el gobierno del Estado determinó suspender las clases por espacio de una semana en la capital y por más de un mes en la región.
No se recuerda algún otro momento en el que los niños hayan permanecido en sus hogares por más de dos semanas, ni en la etapa álgida de la lucha magisterial en el Estado durante el rechazo a la llamada Reforma Educativa, explica Sorroza Polo.
La estrategia digital funcionará en el grado que logre llegar al mayor porcentaje de estudiantes de los 570 municipios, añade.
En su opinión, las clases presenciales son una necesidad primordial en el esquema de aprendizaje del alumno, dado que en la mayoría de comunidades indígenas, las plataformas y televisión o redes sociales, son una lejana alternativa.
