Arzobispo de Oaxaca pide no quedarse en puros rezos
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Arzobispo de Oaxaca pide no quedarse en puros rezos

Todos deben ser buenos pastores desde la casa hasta la función pública: Vásquez Villalobos


Arzobispo de Oaxaca pide no quedarse en puros rezos | El Imparcial de Oaxaca

Al sostener que el gobernador, presidentes municipales, diputados, senadores y regidores también son pastores, el arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos cuestionó si todos ellos actúan con la verdad, si están sirviendo a la comunidad o se están sirviendo de la comunidad. 

A veces resulta fácil aplicar esa palabra solo a los obispos, al Papa, a los sacerdotes sin preguntarse por lo que cada quien hace o le corresponde hacer desde el ámbito donde se desempeña o de sus funciones, subrayó. 

“Yo aplico el ejemplo del buen pastor también a los padres, a los maestros, a la autoridad, al servidor público, a todas las personas. ¿Usted quiere que yo sea un buen pastor, yo también quiero que usted sea un buen pastor? 

Porque para ser un buen pastor se necesita ser una buena oveja, trabajemos para serlo, tengamos la edad que tengamos porque ninguno deja de ser una oveja del rebaño del Señor, subrayó.

Durante su homilía dominical, expresó que si Dios nos llama a ser pastores, nos está pidiendo la tarea de pastorear “buena oveja buen pastor; mala oveja mal pastor”, es así de fácil.

“A lo mejor no nos hemos salido del rebaño pero como pateamos, molestamos y hasta golpeamos a las otras ovejas, solo porque nosotros queremos ser los primeros”. 

Tras insistir que no hay que quedarse en puros rezos, sino llevarlo a la vida, a la práctica, dijo que Dios ha pedido ser siempre solidarios y fraternos, por eso los padres de familia deben hablarle al corazón de sus hijos, con amor y ternura pues también los hijos tenían que ser buenas ovejas. 

En el Día de la Santa Cruz, en la que el Señor dio su vida por nosotros, demandó ofrecer mucho sacrificio por todo lo que estamos viviendo.

“Pueden decir estoy aquí sin salir porque amo mi vida y la de los demás, esto exige una renuncia a salir a la calle por el motivo más grande que es la vida y la salud, por eso debe valer la pena todo este sacrificio”. 

Insistió que el Señor no quiere que nadie se pierda, por lo que hay que sabernos aceptar con nuestras miserias, debilidades y pecados, porque todos son ovejas, “el Señor nos dice que él nos conoce por nuestro nombre y que también conocemos su voz”. 

Agregó que no tiene duda de que “el Señor me conoce mejor de lo que yo me conozco, mi preocupación también ha sido conocer a mi pastor, irme pareciendo cada día más a él, imitándolo y le hablo como él me habla, con amor y misericordia, recordemos lo que dejó dicho el pastor, ámense como yo los he amado, ese fue su nuevo mandamiento”.