“Acciones a favor de la mujer no tienen efecto en la realidad”
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“Acciones a favor de la mujer no tienen efecto en la realidad”

Historiadora por la UNAM, doctora por el Colegio de México, Fabiola Bailón ha investigado cómo las mujeres han sido oprimidas y marginadas en actividades laborales como las domésticas y las sexuales


“Acciones a favor de la mujer  no tienen efecto en la realidad” | El Imparcial de Oaxaca

Fabiola Bailón Vásquez, doctora en Historia por el Colegio de México, explica que en términos generales ha habido avances para las mujeres, luego de una lucha de tres siglos del conjunto feminista, sin embargo prevalecen varios pendientes.

Ha dedicado su investigación al estudio del trabajo de las mujeres, la marginalidad, resistencia social, temas como la historia de la prostitución y del servicio doméstico en México.
Entrevistada en el marco del Día Internacional de la Mujer, admite que gracias al empuje y dedicación de muchas mujeres, se ha logrado el reconocimiento de diversos derechos, entre ellos al voto en 1953.

Sin embargo, sostiene que en dos sectores laborales, el servicio doméstico y la prostitución, ha habido pocos avances, debido a que persiste la explotación y violencia feminicida.
Celebra que con la propia organización de las mujeres en el servicio doméstico, ahora cuenten con el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar y haya un trabajo largo por delante.
Uno de los más importantes retos es poner en la agenda el acceso a la seguridad social de trabajadoras domésticas y sexuales, lo que es un paso para reconocer sus derechos y los de sus familias.

“Se ha minimizado mucho más el trabajo que se realiza en las casas, porque se considera ayuda o se brinda alimentación y vestido, cuando se realiza un trabajo que requiere las condiciones mínimas para realizarlo”, detalla.

El tema del acceso al Instituto Mexicano del Seguro Social es un paso pero todavía es voluntario, es algo que se debe volver obligatorio, pero tiene a una líder oaxaqueña como Marcelina Bautista y quien ha logrado importantes mejoras, reitera.

Ambos grupos son igual de vulnerables, pero en el caso de las mujeres que ejercen la prostitución el asunto es más complejo, debido a que el límite entre prostitución decidida libremente y la trata o explotación tiene una línea muy tenue.

“Techo de cristal”

La segregación laboral es observable en diversos espacios, por ejemplo en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca es evidente que los puestos más altos o los que implican poder y dinero, corresponden a los varones, expone.

Sostiene que la cantidad de profesoras eméritas es muy baja en comparación con los hombres y en cuestiones generales en los diversos escalafones las mujeres se encuentran en los niveles bajos.
Las feministas han hablado de algo que se llama el “techo de cristal” y que se refiere a la limitación que se les impone a las mujeres para ejercer cargos más altos, no por ellas sino por las concepciones existentes, dice.

“Creo que las limitaciones laborales se las imponen las propias mujeres, porque hay un importante número de profesionistas, pero rara vez alcanzan puestos altos y mejor remunerados”, advierte.

Por mujeres libres de acoso

La maestra en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lamenta que el nivel de feminicidios en Oaxaca sea cada vez más alto.

“El gobierno pareciera realizar algunas acciones que no tienen efectos contundentes en la realidad, hay muchos temas pendientes y no encontramos mucha disposición del gobierno (para resolverlos)”, comenta.

Advierte que otro aspecto en donde el estado ya tiene problemas es el acoso callejero, dentro de las universidades, “pero no vemos toda la disposición para afrontarlo y combatirlo”.
“Las mujeres deberíamos ser libres de caminar por la calle con la seguridad de que no seremos molestadas”, enfatiza.

“Es importante legislar al respecto, pero creo que es más importante comenzar con cuestiones culturales”, dice.

Considera necesario fomentar las nuevas masculinidades que no requieran para su afirmación la subordinación de las mujeres.

Trabajadoras sexuales y domésticas con grandes retos

Luego de estudiar su historia, expone que se sigue viendo la prostitución como un mal social y cultural que tiene siglos.

“Me he enfocado más en la historia contemporánea de los siglos XIX y XX y en los grupos vulnerables de las mujeres”, relata.

Comenta que actualmente desarrolla un proyecto sobre la historia de la policía en la ciudad de Oaxaca y específicamente en mujeres.

“El Estado no ha procurado cierta protección para las mujeres, y al revisar la situación a lo largo de la historia podemos ver que se han hecho esfuerzos por controlar y vigilar a las mujeres”.

Las obras

En el del libro Prostitución y lenocinio en México, siglos XIX y XX (Secretaría de Cultura-FCE), la investigadora explica que la violencia masculina es una constante en la vida de este tipo de trabajadoras, incluso se destacan asesinatos que no son considerados como feminicidios.

En tanto en el libro Mujeres en el servicio doméstico y en la prostitución. Sobrevivencia, control y vida cotidiana en la Oaxaca porfiriana, la autora busca rescatar la participación, experiencia y la particularidad como sujetos históricos de mujeres que se dedicaron al servicio doméstico y a la prostitución.

Sostiene que ambos grupos compartieron ciertas características; por lo general eran jóvenes, solteras, migrantes y con poca educación. Sus vidas eran muy inestables, además de que fueron estigmatizadas, despreciadas y sufrían exceso de violencia.

También explora el papel del Estado, en particular los efectos que los múltiples reglamentos tuvieron en la vida de estas mujeres; su análisis parte de la perspectiva de género, siempre consciente de que la actuación de ellas, sus recursos y estrategias, fueron condicionados por factores de clase, edad, raza y etnicidad.


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