Iván Archivaldo Guzmán Salazar, conocido como líder de Los Chapitos, está en vías de convertirse en la figura más prominente del narcotráfico mexicano. En un movimiento audaz, se ha consolidado una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Despojándose de viejos rencores y buscando formar una poderosa coalición para dominar el crimen organizado en el país. Sin embargo, esta nueva estructura criminal también podría estar respaldada por el partido en el poder, Morena, lo que plantea interrogantes sobre la intersección entre el narcotráfico y la política en México.
ALIANZAS PELIGROSAS
Desde mayo, el periodista José Luis Montenegro ha sugerido que Los Chapitos y el CJNG han establecido un pacto no solo bélico, sino también económico, que recuerda a la antigua Federación liderada por Joaquín “El Chapo” Guzmán. En un contexto de lucha interna, Los Chapitos se enfrentan actualmente a Ismael “El Mayito Flaco” Zambada. Quien cuenta con el respaldo de familias del Cártel de Sinaloa. Montenegro sostiene que esta nueva federación podría compartir rutas de tráfico y negocios ilícitos. Expandiendo su control sobre un amplio espectro de actividades criminales.
UNA NUEVA TRIADA DE PODER
Por otra parte, la alianza, descrita por Montenegro como las “Fuerzas Especiales Unidas”, implica la creación de un megacártel que no solo abarcaría el narcotráfico en México, sino que tendría ambiciones internacionales. De confirmarse, su influencia se extendería a estados como Chiapas, Zacatecas, Durango, Tabasco, Tamaulipas, Michoacán, Chihuahua, Sonora y Baja California. Este nuevo cártel buscaría dominar toda la frontera con Estados Unidos para facilitar el tráfico de drogas como metanfetaminas, cocaína, marihuana, heroína y fentanilo.
CONEXIONES POLÍTICAS
El papel de Morena en esta narrativa no es menor. Con el control de más del 70% del territorio mexicano y 23 estados bajo su mandato, la relación entre el partido y el narcotráfico ha sido objeto de análisis. Varios gobernadores y legisladores han sido señalados por vínculos con el crimen organizado. Lo que sugiere que las victorias de Morena en los estados no son simples coincidencias, sino parte de un “proyecto político-criminal”, según afirma Ricardo Ravelo.
Además, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ha sido particularmente cuestionado por su supuesta colaboración con Los Chapitos y su implicación en la captura de El Mayo Zambada en Estados Unidos. Otros políticos, como Ana Karen Val Medina y José Ramón Enríquez Herrera, también han sido mencionados en escándalos que involucran el uso del narcotráfico para financiar campañas políticas.
IMPLICACIONES PARA EL FUTURO
A medida que Los Chapitos y el CJNG consolidan su poder, se intensifican las preocupaciones sobre un “narcoestado” que podría utilizar estructuras gubernamentales para facilitar el tráfico de drogas. Esto incluye el uso de aeropuertos y puertos para mover sustancias ilícitas a nivel nacional e internacional. La posibilidad de un pacto político-criminal que garantice la “pacificación” del país a cambio de control territorial y financiero es más real que nunca.
En resumen, la creciente alianza entre Los Chapitos, el CJNG y el partido Morena podría transformar radicalmente el panorama del narcotráfico en México. Con ello, llevando al país a un nuevo capítulo de violencia y corrupción en el que las líneas entre el crimen organizado y la política se desdibujan cada vez más.