Los defensores de derechos humanos deben denunciar la violencia sistemática que los pueblos afrodescendientes y particularmente sus mujeres han sufrido de generación en generación, estableció Arturo Peimbert Calvo, defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.
En la Costa oaxaqueña estas poblaciones padecen abandono y situaciones de pobreza extrema, por lo cual la violencia institucional fácilmente se convierte en violencia homicida y feminicida.
Insistió que es imperativo exigir al Estado que reconozca a este grupo poblacional como sujeto pleno de derechos, que debe ser tratado con equidad y respeto a su dignidad, y que no deben sufrir discriminación de ningún tipo.
Uno de los compromisos impostergables con los pueblos afrodescendientes es la aprobación de la Iniciativa que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca en materia de derechos de los pueblos indígenas y negro afromexicano, la cual forma parte de la Agenda 2030.
“Los afrodescendientes han sido durante siglos víctimas del racismo, la discriminación racial y la esclavización, y de la denegación histórica de muchos de sus derechos”.
Ante ello, puntualizó que se deben reconocer los derechos de los pueblos afrodescendientes a la cultura y a la propia identidad; a participar libremente y en igualdad de condiciones en la vida política, social, económica y cultural; al desarrollo en el marco de sus propias aspiraciones y costumbres; a tener, mantener y fomentar sus propias formas de organización.