Dulces oaxaqueños, tradición que conquista los paladares
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Dulces oaxaqueños, tradición que conquista los paladares

Aunque la pandemia significó una demanda baja para quienes elaboran estas delicias, la nueva normalidad permite una recuperación en ventas


Dulces oaxaqueños, tradición que conquista los paladares | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Adrián Gaytán / La variedad de sabores conquista a turistas nacionales y extranjeros.

Lo que habitualmente se consumía en ocasiones especiales como las bodas, bautizos o mayordomías, así como el Jueves de Corpus, es parte de la cotidianidad de las y los oaxaqueños. Hechos a base de harina, panela y huevos, a veces con mezcal, y decorados con coco rallado, turrón o rellenos de lechecilla, los dulces regionales o tradicionales oaxaqueños atraen a visitantes y locales a un puesto del mercado Benito Juárez.

Las nieves, aguas frescas, el tejate, los panes y chapulines son los alimentos y bebidas que se escuchan ofrecer cada tanto. Pero en el local de Tere Vásquez la publicidad no es necesaria. “Cada vez que venimos compramos dulces oaxaqueños y nos los llevamos”, cuenta un par de turistas de Ciudad de México que ha venido incontables veces a la capital oaxaqueña y tiene a este local como una parada imperdible de su estancia.

Hacer estos dulces es comparado con un arte, por eso el nombre del local y los puestos que la familia de Vásquez ha conservado en la ciudad.

Foto: Adrián Gaytán / Hacer estos dulces es comparado con un arte.

La variedad de sabores conquista a turistas nacionales y extranjeros y de pronto pone en aprietos a Tere y su ayudante. De piña, coco y lechecilla, las empanadas son unos de los dulces tradicionales oaxaqueños que se expenden en mercados, también tradicionales, como el Benito Juárez o en las escaleras del jardín Sócrates, junto a los locales de nieves.

Tere Vásquez es la encargada de mantener una tradición familiar que surgió en Huitzo con sus padres y abuelos, y con la cual ofrece cocadas, rosquillas, nenguanitos, tortas, gaznates y barquillos. También los llamados mamones, borrachitos, tortillas de huevo y besos oaxaqueños, estos últimos casi como una invención familiar, según relata.

La tradición de estos dulces regionales se remonta, en el caso de la familia Vásquez, a 1945. Ella desconoce el origen de los dulces, pero sabe que con sus abuelos ya se elaboraban para ser degustados en las bodas o fiestas especiales.

Como en diferentes sectores de este mercado, la pandemia ha representado un impacto en la venta de estos dulces, que para elaborarse tienen que ser horneados. En otros casos, posteriormente bañados en panela.

Para Mendoza, aunque los dulces son una atracción para turistas, ha sido el mercado local el que ha ayudado a mantener a flote esta tradición. La recuperación, aunque visible, todavía no es al 100 por ciento, explica Tere desde un local en el que han estado los últimos 30 años.

“Gracias a Dios tenemos una clientela que no nos ha dejado. A veces vienen los muchachos que ya crecieron y nos dicen que venían cuando sus mamás los traían de la mano”.

Foto: Adrián Gaytán / La tradición de los dulces se mantiene a la fecha.

A DETALLE

*Algunos de los dulces tradicionales son cocadas, rosquillas, nenguanitos, tortas, gaznates y barquillos. También los llamados mamones, borrachitos, tortillas de huevo y besos oaxaqueños.

*Las empanadas son unos de los dulces tradicionales oaxaqueños que se expenden en mercados, también tradicionales, como el Benito Juárez o en las escaleras del jardín Sócrates.