La irrupción de las redes sociales y la mensajería instantánea han permitido que numerosos ciudadanos documenten y difundan denuncias sobre los abusos cometidos por taxis foráneos en la capital oaxaqueña que llegan o transportan a ciudadanos a las diversas comunidades de la zona metropolitana.
Testimonios de usuarios y de quienes han presenciado el accionar de estos operadores revelan prácticas irregulares y peligrosas. Según relatan algunos pasajeros entrevistados por EL IMPARCIAL, taxistas de la zona de Etla después de las 22 horas, imponen aumentos arbitrarios en las tarifas, cobrando entre 50 y 60 pesos por trayectos que, en horas diurnas, se cotizan a precios considerablemente menores. De igual forma, en la ruta hacia San Bartolo Coyotepec se exigen tarifas de entre 40 y 50 pesos, y en algunos casos, si el vehículo no completa la cifra de pasajeros, se niega el servicio.
Pero no son solo los precios los que generan alarma en la ciudadanía. Varias denuncias señalan maniobras peligrosas en las que estos taxis circulan sobre banquetas, se desplazan en sentido contrario o se estacionan en zonas prohibidas para “levantar pasaje”. Un ejemplo reciente se observó en la Central de Abasto, donde taxistas han impuesto su propia “ley”, ocupando espacios destinados al estacionamiento y formando hasta triple fila para captar clientes, sin que hasta el momento la autoridad competente intervenga.
La Secretaría de Movilidad (Semovi) y el gobernador Salomón Jara han afirmado que se castigará a los transportistas que infrinjan la normativa. Sin embargo, pese a cientos de denuncias, ni se han revocado concesiones ni cancelado licencias de manejo. Entre las quejas de los usuarios, destaca la actitud violenta de algunos ruleteros: el pasado martes, un video difundido en redes mostró a dos taxistas agredir con un bate a un operador de una unidad pesada, sin que se conocieran sanciones al respecto.

Las irregularidades identificadas vulneran el derecho de la ciudadanía a un tránsito seguro y afectan gravemente el orden vial y la imagen de Oaxaca de Juárez. De acuerdo con la Semovi, estos operadores han incurrido en faltas que contravienen preceptos de la Ley de Movilidad para el Estado de Oaxaca. En particular, se ha señalado que la actualización de tarifas sin contar con el dictamen correspondiente viola lo dispuesto en los artículos 187, 220 y 223, que establecen las causales de revocación, las limitaciones para modificar el pasaje y las sanciones para quienes alteren el servicio sin autorización.
Asimismo, la dependencia prohíbe el uso de polarizados oscuros en los vidrios de los taxis. Sin embargo, durante las noches se observa que muchos vehículos presentan modificaciones que asemejan autos de carreras: tubos de escape alterados, luces adicionales, altos volúmenes en el escape y vidrios polarizados que dificultan la visibilidad. “Esto me hace sentir muy insegura”, denunció la señora Guadalupe Solís, vecina de Pueblo Nuevo, quien lamenta no contar con otra alternativa de transporte desde la Central.
La inseguridad de los usuarios de los taxis foráneos se agrava aún más ante el creciente número de robos en los que se han visto involucrados estos vehículos, en algunos casos hasta con armas de fuego.
Aunque la Semovi ha iniciado procedimientos administrativos y operativos para aplicar las sanciones previstas en el reglamento –que contemplan multas considerables, suspensión o revocación de concesiones–, las autoridades no han reforzado la vigilancia. Por el contrario, se ha culpado a figuras políticas que, en supuestos acuerdos de “paz” con líderes transportistas, han logrado postergar la aplicación efectiva de la normativa.
Los taxis foráneos deberían operar únicamente dentro de los parámetros que garanticen la integridad de los usuarios, la equidad en las tarifas y la seguridad en las calles. Sin embargo, la realidad de los hechos muestra una situación contraria, en la que los abusos y la impunidad continúan poniendo en riesgo la seguridad vial y el bienestar de los oaxaqueños.