A tres semanas de que la Secretaría de Movilidad del Estado confirmara el incremento en la tarifa del transporte urbano de 8 a 10 pesos, las irregularidades en el servicio persisten, generando indignación entre los usuarios.
El aumento, que se justificó tras un presunto estudio que sugería un ajuste de hasta 12 pesos pero que fue “negociado” para reducirlo a 10, se presentó como un esfuerzo para no afectar la economía familiar.
Además, se aseguró que la tarifa preferencial del 50% para estudiantes y personas de la tercera edad se mantendría. Sin embargo, los ciudadanos han señalado que esta medida solo favoreció a los concesionarios y no se tradujo en mejoras para los usuarios.
Siguen las quejas ciudadanas
Usuarios del transporte urbano señalaron que el incremento representa un gasto diario de hasta 50 pesos para quienes dependen de estas unidades para trasladarse. Además, expresan su inconformidad ante la falta de atención a las problemáticas que afectan el servicio, como el mal trato de los choferes, la sobrecarga de pasajeros, la higiene y la inseguridad constante.
En las avenidas principales como la Central de Abasto, es común ver a los transportistas obstruyendo la circulación vehicular al dejar pasar varios semáforos para acaparar más pasaje. Esta práctica no solo genera tráfico, sino que pone en riesgo a los pasajeros al permitir el ascenso y descenso en carriles centrales.
Otra de las quejas recurrentes es la conducta de los choferes, quienes frecuentemente utilizan sus teléfonos móviles mientras conducen, compiten por los pasajeros entre las estrechas calles de la ciudad y desobedecen las normas de tránsito. Estas prácticas temerarias aumentan el riesgo de accidentes, una preocupación que los ciudadanos han denunciado sin cesar.
Falta de acción de Semovi
EL IMPARCIAL de Oaxaca ha documentado estas irregularidades en redes sociales, señalando las constantes infracciones cometidas por los llamados “urbaneros”. Sin embargo, la Secretaría de Movilidad ha ignorado las denuncias, permitiendo que las unidades sigan operando.
Mientras los concesionarios disfrutan de las ganancias derivadas del aumento de tarifas, los usuarios del transporte urbano de Oaxaca enfrentan un servicio deficiente y peligroso. La falta de regulación y de medidas efectivas para garantizar la seguridad y calidad del servicio refleja, una vez más, la desatención de las autoridades hacia las necesidades de la ciudadanía.
