La política que existe sobre el manejo de envases de plástico para agua, refrescos o de unicel para cualquier tipo de comida, aun cuando existen regulaciones, no se cumple, advirtió el jefe de bomberos Manuel Maza. Muchos de estos productos, dijo, son tirados en las calles y como consecuencia con las lluvias se tapan las alcantarillas, aunado al daño que se ocasiona al medio ambiente.
Es necesario, añadió, realizar programas que alienten e informen a la ciudadanía qué es lo que sucede con el medio ambiente cuando alguien tira una bolsa de plástico a la calle, cuántos años tarda en degradarse; además de los daños graves que causa al momento de entrar en los tubos del drenaje.
El funcionario estatal subrayó que en reiteradas ocasiones se ha dado a conocer a través de los diferentes medios de comunicación que no se va a vender el unicel; sin embargo, se ha detectado que existen bodegas en donde se siguen vendiendo este tipo de materiales que deberían estar prohibidos.
El daño que se ocasiona al drenaje y al medio ambiente, así como a los seres humanos, aunado a la falta de higiene en los ríos y arroyos, por las descargas de lixiviados que van a los mantos freáticos se contaminan, como consecuencia el agua de los pozos cercanos no será apta para ninguna función, explicó.
“Se debe estar consciente que una bolsa de fritura que nos sirvió 10 o 15 minutos, va a tardar cientos de años en degradarse; además se causan un sin número de problemas, lo importante sería hacer políticas restrictivas para este tipo de materiales y que se busquen alternativas para que en un corto tiempo los envases pudieran ser de materiales que rápidamente se degraden en la tierra”, concluyó.