Lisbeth Mejía-Álvaro Cuitláhuac-Andrés Carrera
Los oaxaqueños y visitantes refrendaron ayer su fe católica con el recuerdo de la Pasión y muerte de Jesucristo. Desde temprana hora en el Centro Histórico y en ceremonias repetidas en diversas ciudades y comunidades se escenificaron actos desde la Juicio a Jesús, el Viacrucis, la Crucifixión y muerte de Nuestro Señor para concluir con la solemne ceremonia de la Procesión del Silencio por las principales calles de la Verde Antequera.
Hubo procesiones en el Barrio Mágico de Jalatlaco engalanado con un colorido tapete para el encuentro de Jesús y María. En Tlalixtac de Cabrera se llevó a cabo el Viacrucis que cumplió 50 año. Ahí se escuchaban los latigazos de los soldados romanos sobre las espaldas de quienes representan a Dimas y Gestas, los ladrones que fueron crucificados con Jesús, y el mismo Jesús. “¡Yo me lavo las manos de la sangre de este hombre!”, habría dicho durante el juicio Poncio Pilatos.

En Ánimas Trujano, en el paraje de la Ciénega una pequeña con un límpido vestido blanco levanta sus manos y libera una paloma en el momento en que Jesucristo muere. Esta población, al sur de la zona metropolitana, se ha convertido ya en atractivo por su Viacrucis y Crucifixión. Tres soldados romanos se acercan, se cercioran que el Nazareno ha muerto y lo bajan de su cruz. La escenificación de la pasión cumplió 25 años aquí.
También hubo un Viacrucis viviente en la agencia municipal de San Juan Chapultepec; en la Mixteca la escenificación cumplió 39 años y recorrió las principales calles del municipio mixteco de Asunción Nochixtlán, inició y concluyó en la parroquia de Santa María de la Asunción
Al iniciar la Procesión del Silencio, el arzobispo Pedro Vásquez Villalobos indicó que “en Oaxaca, hay lugares donde no hay paz”. Monseñor pidió porque los pueblos de la entidad se perdonen y reconcilien. “Que no sigan apareciendo los Caínes. ¡Ya basta de tantos Caínes, ya basta de matar a Abel, el hermano”, sentenció.
La Procesión del Silencio, en la que los católicos viven el luto por la muerte de Jesús, congregó este viernes a 13 imágenes de igual número de parroquias, además de penitentes y a la Hermandad del Santo Rosario de Estandartes y Relicarios. Retomada en 1986, esta procesión de origen español, reunió también a miles de feligreses, visitantes locales y extranjeros.
El silencio reinó sobre las calles de la ciudad y se hizo más evidente al transitar por las baldosas del andador Macedonio Alcalá. Los oaxaqueños y visitantes refrendaron su fe católica.