“Me dolió ver como destrozaron un árbol enorme con la pala mecánica, era un árbol que tardó muchos años en crecer y lo derribaron en tres segundos”, relata con el rostro angustiado, Emma Cisneros, bióloga con 35 años de experiencia, vecina de la colonia Noche Buena, Santa Cruz Xoxocotlán, quien califica como “ecocidio” los trabajos que se realizan sobre Riberas del Atoyac, al ir acabando con carrizos y árboles de salix (sauce).
En entrevista con EL IMPARCIAL, la también investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), Unidad Oaxaca, dice que no se opone a las obras para el saneamiento del Río Atoyac, sin embargo, demanda una planeación inteligente y sustentable.
“Es importante cuidar nuestros recursos naturales, pero la forma en la que lo están haciendo es muy tonta, al quitar todo el carrizo y toda la vegetación; está comprobado que el carrizo protege las riberas, no hay nada mejor que el carrizo para evitar que en una crecida de corriente se arrastre todo lo que se encuentra a la orilla”, aseveró.
Asimismo, consideró que tal vez a algunas personas vean más bonito un talud de pura tierra, pelona y parejita, pero es mejor contar con vegetación riparia (flora que crece a lo largo de las márgenes de los ríos, humedales y otros cuerpos de agua dulce, que es un espacio clave para los ecosistemas acuáticos y terrestres).
Como vecina de la colonia Noche Buena, que se encuentra cercana a Indeco, Xoxo, relató que hace algunos años hubo una creciente severa del Río Atoyac y justo en ese tiempo habían quitado todo el carrizo, propiciando que las aguas negras se desbordaran y entraran en las casas.
“Estábamos luchando para echar costales de arena, amarrados de tres en tres con palas y se los llevaba el río, entonces así de fuerte estuvo la corriente, por eso no se puede quedar la tierra suelta”, narró.