Para diversos abogados, el legado de Benito Juárez García no puede ni debe ser tomado como un simple discurso, sino ir al fondo de sus preceptos y aplicarlos de forma decidida en la actualidad.
En el marco del 146 aniversario luctuoso del Benemérito de las Américas, Gustavo López, licenciado en Derecho y egresado de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), afirmó que el oriundo de San Pablo Guelatao consolidó reformas que son vigentes en el país.
Y es que el 18 de julio de 1872 murió en la Ciudad de México, Benito Pablo Juárez García, de origen humilde e indígena, y quien encabezó la etapa que puede denominarse la consolidación de la República, recordó el catedrático.
La noche del 18 de julio de 1872, Benito Juárez murió tras sentir un profundo dolor en el pecho.
No obstante, el día en que se recuerda con mayor fuerza al Benemérito de la Américas es el 21 de marzo, por su natalicio; se colocan ofrendas florales en los innumerables monumentos en su honor y en la comunidad ubicada en la Sierra Juárez.
México recibió a uno de los más grandes personajes que forjó el valor de respeto al derecho ajeno como premisa de conservar las buenas relaciones y mantener la paz entre los pueblos, reiteró.
A su vez, Cipriano Flores Cruz, articulista y sociólogo, enfatizó que Benito Juárez es una de las figuras más representativas que tenemos en nuestra historia y a quien se recuerda como un enamorado de México.
Lo anterior, al ser un gran ejemplo de perseverancia en favor de los derechos de los mexicanos y defensor de las instituciones y leyes que nos rigen; reconoció la incansable labor que realizó por la consolidación de la nación como República, manteniendo en mente el legado y valores que generó.
El respeto es uno de los principales valores que la sociedad debe tener siempre presente, ya que genera armonía; y como lo dijo alguna vez Benito Juárez, “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, enfatizó.
Exhortó a ser ciudadanos que aporten al desarrollo de la sociedad y a no perder los valores, ya que de ello depende la construcción de un mejor estado y un mejor país, refrendando el compromiso de continuar trabajando de la mano sociedad y gobierno para hacer de México un mejor país y de Oaxaca, un mejor estado.
Dijo que sus ideales y pensamientos siguen vigentes y es necesario practicarlos en nuestra patria, pues el oaxaqueño marcó un parteaguas en la historia nacional, las lecciones que dejó, se convierten en referentes para una nueva reforma.
Historia
Benito Pablo Juárez García nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806 y murió el 18 de julio de 1872 en la Ciudad de México.
Fue hijo de Marcelino Juárez y Brígida García. A los tres años quedó huérfano y fue criado por sus abuelos.
Estudió derecho en el Instituto de Ciencias y Artes.
Fue regidor del ayuntamiento de Oaxaca en 1831 y diputado local en 1833. Durante algún tiempo vivió de su profesión defendiendo comunidades indígenas.
Al ser derrocado de la presidencia el general Paredes Arrillaga, Juárez resultó electo diputado federal y le correspondió aprobar el préstamo que Gómez Farías había solicitado a la Iglesia (1847), para financiar la guerra contra Estados Unidos de América. Ese mismo año procuró el equilibrio económico y ejecutó obras públicas: caminos, reconstrucción del palacio de gobierno, fundación de escuelas normales; levantamiento de una carta geográfica y del plano de la ciudad de Oaxaca; reorganizó la Guardia Nacional y dejó excedentes en el tesoro.
En 1855 expidió la Ley sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios (Ley Juárez).
En 1857 promulgó en su estado la Constitución, después se le nombró ministro de Gobernación y posteriormente fue elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia.
En 1858, Benito Juárez asumió la presidencia en Guanajuato por ministerio de ley. En julio de 1859, con apoyo del grupo liberal, expidió las Leyes de Reforma, que declaraban la independencia del Estado respecto de la Iglesia.
En mayo de 1863 tuvo que dejar la Ciudad de México, ejerciendo su gobierno desde diferentes puntos del país. Regresó el 15 de julio de 1867, después de que Maximiliano fue juzgado y fusilado.
En octubre de 1867 fue reelecto presidente de México; se dedicó a organizar la situación económica del país, redujo el ejército, organizó una reforma educativa, ordenó sofocar los alzamientos militares y enfrentó la división de los liberales. Se mostró respetuoso ante la organización de los obreros y artesanos.
En 1871 fue reelecto por última vez como presidente de México, duró muy poco en el cargo, debido a un problema de respiración.
Benito Juárez murió el 18 de julio de 1872 en la Ciudad de México.
