Ante el deterioro social por la violencia, los homicidios y la corrupción, el administrador apostólico de la Arquidiócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello, urgió líderes que den la vida por la sociedad para enfrentar el daño histórico en la que se encuentra el país y la entidad.
En su tradicional rueda de prensa, urgió en todos los niveles guías honestos, capacitados, valientes, con amor a Oaxaca; “sí los hay entre nosotros con ese perfil, pero nos exige a todos poner de nuestra parte para no caer en la desesperación; es oportuno mirar y aprender de San José”, dijo.
Rememoró este escenario al pasaje bíblico que narra las acciones de San José de Nazareth, dentro de esta temporada de Cuaresma.
“Estamos dentro de un daño histórico que ya ha marcado a la política, a la economía y la corrupción, impulsada por el mal; urge mejorar el currículum para las distintas profesiones: abogados, maestros, empresarios de administración y psicología, en todos los campos”.
Para Chávez Botello, es elemental contar con pilares de una educación que humanice, que forje a las personas en los valores para vivir en armonía sin aprovecharse de los demás como comúnmente se da en la sociedad.
“A nombre de la libertad se atropella a los demás, en nombre de los derechos humanos se viene a afectar la convivencia y se trata de pisotear a nuestro semejantes”, abundó el purpurado.
Para monseñor, existen diversas formas de pedir respuesta a las demandas de cualquier tipo, sin violencia; por eso, reiteró que la iglesia siempre estará contra aquellos que asesinan que abusan y cometen injusticias.
Consideró que el trabajo honesto dignifica y humaniza a las personas; los que no trabajan con honestidad roban, se corrompen y viven como parásitos del trabajo de otros, cometiendo injusticias, extorsiones; inyectan violencia, miedo.
Mientras tanto, para el próximo fin de semana, se celebrará el aniversario del Seminario Pontificio de la Santa Cruz, uno de los primeros cinco a nivel nacional en las diócesis como una forma de preparar a los destinados a dar su vida a Cristo.
En ese contexto, realizarán diversas actividades para promover la consagración a la vida cristiana y a la participación de los jóvenes, después de la escasa participación de hombres y mujeres.
