A sus 84 años de edad, Germán López sigue con la elaboración de figuras o muñecos que representan al año viejo y que usualmente queman algunas familias en el estado de Oaxaca, principalmente en la región de Valles Centrales, para despedir al año y recibir al nuevo.
Desde su puesto en la zona de tianguis de la Central de Abasto, ciudad de Oaxaca, Germán y Graciela, su esposa, colaboran en la elaboración y venta de estos y otros productos para las festividades de fin de año.
Aunque la producción de los “años viejos” comienza desde octubre, dice Germán, quien por 40 años se ha dedicado a esto y quien señala que el trabajo es para tener suficientes muñecos a la venta para los próximos festejos.
Este fin de semana, Germán seguía realizando algunos muñecos más, pues hay personas que los suelen comprar en el último día del año. Por su parte, Graciela se encargaba de vestirlos, ponerles los bigotes, los sombreros y algunos mensajes en carteles.
En medio de la oferta constante de tamales, de elotes, de nacimientos, de las luces navideñas o de la fruta y demás insumos de temporada, a su puesto llegaban quienes buscan al “año viejo” o algún amuleto como los borregos o corderos.
Los muñecos que representan al año viejo están rellenos de papel y vestidos con ropa de segunda, aunque esta cada vez es más cara, explica Graciela, quien se dedicó a buscar las prendas varios meses antes.
Cada muñeco lo venden en 400 pesos, 100 más que en 2023, debido a que la ropa y demás accesorios que se le colocan han aumentado sus precios.
Aunque las autoridades han llamado a evitar riesgos por las fiestas de fin de año, principalmente en la quema de pirotecnia, en los Valles Centrales se acostumbra quemar al “año viejo”, que también tiene dentro de sí algo de pirotecnia.
“Lo que le digo a la gente es que compren un botecito de alcohol para que lo quemen”, comenta Germán, quien explica que, aunque las figuras son principalmente de cartón, les coloca algunas piezas de pirotecnia que a su parecer son las menos riesgosas. “Es puro cuetito blanco, trato de echarle poco por los niños”.
En la Central de Abasto puestos como el de Germán y Graciela son los que ofrecen productos para complementar las celebraciones y en los que también se encuentran algunos para los rituales de fin de año, otra de las creencias o costumbres de varias personas ante el cambio de año.