La caída del emblemático laurel de los conciertos dominicales no fue solo por los vientos que acompañaron las lluvias del 7 de junio. El abandono que por décadas han sufrido este y todos los árboles de la capital oaxaqueña tuvo gran parte de la responsabilidad.
Todo el arbolado de la ciudad de Oaxaca, no solamente del zócalo (incluida la Alameda) y el Llano, no ha sido atendido en décadas”, explica Elsa Ortiz, secretaria de Medio Ambiente y Cambio Climático de Oaxaca de Juárez. La funcionaria coincide con la opinión del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO), que ha señalado que al menos 8 o 9 de cada 10 árboles de parques y jardines públicos tienen alguna plaga o daño.
Pero Ortiz va más allá y considera que el deterioro afecta al 80 o 90 por ciento del arbolado urbano. “Problemas no solamente de muérdago sino fitosanitarios, de bromelia, de que no se han podado para sanearlos y su follaje crece mucho. Y esa humedad en las copas de cada árbol significan hongos, bacterias, un sin número de enfermedades”.
Esos problemas se observan en los 55 árboles del zócalo y los poco más de 20 de la alameda.
A poco más de cinco meses de la actual administración, la funcionaria formada en agronomía explica que se trabaja en un Plan de manejo integral del arbolado. Aunque todavía falta concluirlo, este ya contempla una propuesta y líneas estratégicas para atender al arbolado de la ciudad. El plan, detalla, tendría que contemplar un inventario de los ejemplares que hay en el municipio.
Sin embargo, hacer el inventario o censo no es una tarea fácil ni que se logre en el corto plazo, dice Ortiz, a cuya secretaría quedó como labor este el 2 de junio. Además del dictamen correspondiente para cada árbol del territorio. Esto luego de la propuesta con la que se estrenó el concejal de Medio ambiente y cambio climático, Jesús Joaquín Galguera Gómez.
Con un presupuesto de apenas 950 mil pesos para el tema del arbolado, una jefa del departamento de arbolado y dos inspectores para este tema (pues los otros cinco jefes y otros dos inspectores son para otros temas), la tarea se ha vuelto titánica. Especialmente cuando en la ciudad hay 13 agencias, 25 jardines públicos, dos parques, además de otras áreas verdes que representan los pulmones del municipio: los Cerros del Crestón y el Fortín, el Parque Benito Juárez y otros espacios públicos.

También porque a la secretaría corresponde atender pendientes como el saneamiento de ríos Atoyac y Salado, el programa de manejo de residuos o la contaminación visual.
Un inventario de arbolado se llevaría entre ocho meses y un año”, considera Ortiz sobre un ejercicio que consiste no solo en contar los árboles sino contar con personal con el perfil forestal y fitosanitario.
Además no lo puedes hacer tu solo como municipio sino tienes que involucrar a otras instituciones de los tres órdenes de gobierno y a las instituciones de investigación, como el ITVO (Instituto Tecnológico de los Valles Centrales de Oaxaca), el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), la Universidad de Chapingo y expertos que ya han hecho un inventario de arbolado”.
El inventario es necesario, pero no urgente, señala la secretaria, quien explica que a la par de este deben haber reforestaciones (algo que ya habían expuesto activistas del COAO) y educación ambiental para la sociedad.
A la fecha, y previo al acuerdo por el que se le instruyó hacer el censo, Ortiz cuenta que con las solicitudes ciudadanas se han registrado y dictaminado poco más de 370 árboles de los espacios públicos. Pero también otros 573 árboles del programa “Adopta un parque”. Para avanzar en el inventario, la secretaría ha recurrido a las y los agentes para detectar los ejemplares con algún grado de riesgo en espacios públicos.
Aunque se concluyan el plan de manejo con su inventario, resarcir el daño del arbolado no es tarea fácil, subraya Ortiz al recordar “que por décadas hubo descuido”, que “el municipio está rebasado para atender este tema en el corto plazo, incluso en el mediano, porque además no tenemos un gran presupuesto”.
Pese a ello, remarca que “es prioritario el cuidado del arbolado para disminuir todos los efectos negativos del cambio climático”. Y antes que el censo o inventario, que sí es necesario, lo urgente es “intervenir rápidamente lo que es un riesgo para la ciudadanía”. Pero también el asignar un mayor presupuesto y personal especializado al área.
Severos daños
- 5 árboles del zócalo
- 20 de la alameda