Automovilistas y clientes de una tienda departamental ubicada sobre Heroica Escuela Naval Militar se quejaron por el cierre arbitrario por parte de los habitantes de la calle Pinos, debido a que le colocaron cadenas y postes metálicos para impedir la libre circulación.
Durante un recorrido por dicha vía de comunicación, los transeúntes se quejaron del cierre de la arteria vial por acuerdo de los vecinos, pero sin que se tenga el permiso por parte del municipio capitalino.
Al abordarlos, los consultados cuestionaron el acto de autoritarismo de los colonos quienes desde hace varias semanas determinaron convertir la calle de Pinos en una privada.
Quisiera vivir aquí para poder hacer lo que me plazca y sin ninguna consecuencia, son unas 12 casas y negocios con estacionamiento privado y la autoridad no ha enviado a nadie”, cuestionaron.
Por lo cual urgieron al municipio actuar en consecuencia y terminar con el cierre de la vialidad ubicada entre Heroica Escuela Naval Militar y Álamos, dado que de la noche a la mañana se impide la libre circulación a los automovilistas.
Cierre de calle afecta a comercios, dependencias y automovilistas
Uno de los mayores afectados es una tienda departamental que se ubica sobre Escuela Naval, dado que pese a contar con el estacionamiento para sus clientes está imposibilitado para ocuparlo.
De donde, quienes acuden a efectuar los pagos de sus créditos de mercancía o simplemente a visitar el punto de venta localizado a unos metros del Inegi, deben buscar estacionamiento privado.
En la zona una hora o fracción de estacionamiento ronda los 25 pesos, no obstante hay otros espacios que brindan costos menores pero están alejados de la zona comercial o de bancos.
Una situación similar han denunciado meses atrás habitantes de la colonia del Bosque, Volcanes y Antiguo Aeropuerto, sin embargo la autoridad municipal es quien acude a verificar el atropello a los derechos básicos de la población y abre nuevamente la circulación.
Comerciantes de las calles aledañas se quejaron de la prepotencia de los habitantes de la calle de Pinos, dado que son quienes ponchaban las llantas de los vehículos que se estacionaban afuera de sus domicilios o incluso los rayaban.
Algunos con advertencia de no estacionarse, ni un minuto o segundo permanece en el lugar.
