Las interminables obras de las paradas del Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano (Citybus), así como las que se llevan a cabo en el Circuito Interior, han colapsado las vialidades que conectan a los municipios conurbados.
Aunado al enorme caos vial que generan estos proyectos que avanzan a paso lento, también representan un verdadero peligro para los peatones, ciclistas, motociclistas y para los mismos automovilistas que circulan sobre Riberas del Río Atoyac.
En los tramos donde ya se retiró la carpeta asfáltica desde el puente de San Jacinto Amilpas hasta la Central de Abastos, existen registros que quedaron por arriba del nivel de la avenida, lo que podría provocar accidentes.
Incluso, automovilistas que se dirigen al municipio de San Jacinto Amilpas o bien hacia Monte Albán o para Santa María Atzompa, denunciaron que debido a la falta de señalización, sus autos han sufrido daños al circular por la zona de las obras.

Una ciudadana que se vio afectada por estos trabajos, dio a conocer que al pretender incorporarse sobre la avenida Riberas del Río Atoyac, desde una de las calles que salen de las colonias de San Jacinto Amilpas, prácticamente su unidad quedó varada debido a la enorme altura que se generó tras el retiro de la carpeta asfáltica.
Por ello, exigió a la autoridad municipal de este municipio para implementar operativos de prevención, así como al Gobierno del Estado para que a través de la Secretaría de las Infraestructuras (Sinfra), obligue a los trabajadores de la empresa constructora a colocar señalizaciones en las calles donde se ha retirado el pavimento.
En inmediaciones de la Central de Abastos, por momentos la circulación se reduce de cuatro a dos carriles para dar paso a las máquinas, lo que provoca un verdadero caos vial en todos los alrededores del mercado más grande Oaxaca.
Algunos operadores del transporte público y automovilistas particulares intentan tomar como vía alterna el Periférico, en donde debido a las obras inconclusas del Citybus, encuentran otro obstáculo para poder avanzar.
En horas pico, la fila de autos alcanza varias cuadras a la redonda y cruzar el Periférico o el Circuito Interior se convierte en un verdadero laberinto sin salida.