Plantón de sol a sol en Plaza de la Danza; solución, en vilo
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Plantón de sol a sol en Plaza de la Danza; solución, en vilo

Luego de la reunión con el presidente municipal, el Sindicato Independiente 3 de Marzo trata de deliberar si su protesta sigue o se suspende


Plantón de sol a sol en Plaza de la Danza; solución, en vilo | El Imparcial de Oaxaca

Las palomas, como los cientos de trabajadores, buscan un sitio para posarse en la Plaza de la Danza. Primero para resistir el frío de la madrugada, luego en busca de un rayo de sol en medio de la fresca mañana. Después será por un poco de sombra y brisa para aguantar la inclemencia del sol y, finalmente, para soportar el agotamiento. Es el cuarto día del paro de labores y mientras la ciudad sigue convertida en un basurero, sin autoridad presente desde hace un mes en el palacio municipal, y en tanto algunos sindicalizados aguardan en cruceros de la ciudad, finalmente aparece el edil Oswaldo García Jarquín en la sede de un gobierno que, horas más tarde, varios considerarán ya muerto. Y por el que armarán una ofrenda con papel picado y botellas vacías de alcohol. Pero estas serán especialmente para el edil, al que dos días antes ya han entregado como regalo un camión repleto de basura en las puertas de su casa.

En el interior del domicilio gubernamental, los convocados al diálogo llevan más de una hora. El primero en salir de la reunión pactada para la primera hora del jueves es el secretario de Gobierno del estado, Francisco García López, pero de él no depende la resolución del conflicto. Adentro aún siguen García Jarquín y los delegados de las 14 áreas del sindicato que exigen atención a sus demandas laborales.

Por la avenida de la Independencia el tránsito vehicular cobra nuevamente el ritmo, similar al del lunes, cuando aún pudo fluir en la decena de cruceros tomados por el sindicato.

Las palomas emprenden un corto vuelo cada tanto. En las escaleras de la Plaza de la Danza y sus alrededores, la base sindical hace algo parecido para ubicarse en el sitio más adecuado. Para entonces ya es necesario echar mano del sombrero, la gorra o  una sombrilla. 

Cerca de las 09 horas la ofrenda para el edil es colocada por comerciantes del mercado Benito Juárez que le exigen a él y a su cabildo atender el ambulantaje. La idea es confrontarlo por la avenida Morelos, pero el edil ya no está.

Pasadas las 10 horas, el secretario general del Sindicato 3 de Marzo, Pablo Gómez, sale al encuentro con la prensa. “Fue un buen diálogo”, responde sobre la reunión, al fin lograda, con García Jarquín. Sin embargo, la decisión sigue en vilo, es necesario que las 14 áreas del sindicato analicen “los avances”. Y de ello depende suspender la protesta y regresar a las labores o reanudar la manifestación.

En una hora, promete el representante, se dará la resolución. Esa hora se transforma en varias. Hasta las 18 horas, el acuerdo, de haberlo, aún no se daba a conocer y los cientos de trabajadores esperaban.

Alrededor de las 11 horas, un contingente que aguardaba en la glorieta Lázaro Cárdenas llega en marcha a la Plaza de la Danza. “¡Fuera Oswaldo!”, “¡Ya llegaron los delincuentes!” “¡Viva el 3 de Marzo!”. El secretario se aproxima a ellos tan pronto se concentran en las gradas. Aclara que aún no se aprueba nada, que él es el representante y que será la base trabajadora la que decida. En medio del caos, las rechiflas y descalificaciones aumentan la tensión. La propuesta es irse a un salón a analizar en privado, lejos de las cámaras y reporteros. 

“Ya son cuatro días, ninguna protesta había tardado tanto”, comenta cerca de las 14 horas una sindicalizada a los compañeros que descansan a los pies del templo de San José. Las palomas también reposan en él, pero en las cornisas, donde ahora son ellas las que observan a quienes ocupan sus lugares en la Plaza de la Danza.

Lo que para unos es espera y agotamiento para otros es una buena jornada. “¡Torta de chile relleno!” “¡Torta de milanesa!”, anuncia desde su caseta en el jardín Sócrates una mujer que con jugos, refrescos y tortas calma el hambre y sed de decenas de manifestantes.

Nuevamente, la relativa tranquilidad se quiebra cuando un joven huye con el casco de una motocicleta y un grupo de sindicalizados lo alcanza para darle un escarmiento a los ojos de un policía vial y a pocos metros del cuartel de la Policía Municipal.

El sol se oculta poco a poco. Son ya las 19 horas y el acuerdo, de ya existir, aún no se informa. Las discusiones siguen. Y las palomas, que en otras tardes se posan en las gradas de la Plaza de la Danza aún esperan que estas se desocupen. Son otros los que como ellas descansan sobre la cantera.