Luego de ser rescatado y adoptado, a Loto le costó habituarse a su nuevo hogar. El pequeño can empezó a tener “malos comportamientos” y la familia quería devolverlo a la asociación civil Adopta un amigo, por el respeto a nuestros animales, que había mediado en el proceso.
La posibilidad de estar nuevamente en situación de calle preocupó a la asociación, que recurrió al entrenador Jorge Trujillo Islas, de Adiestramiento Canino Profesional (Adicap). Él se solidarizó con clases gratuitas para perros que han sido rescatados y dados en adopción por el ente que dirige Marisol Jarquín, explica Sharon Mariela Reyes, integrante de la asociación.
Es así como desde abril pasado, cada domingo el área adjunta al Paseo Juárez El Llano, en la ciudad de Oaxaca, se convierte en una especie de parque para perros y sus propietarios.
La primera alumna en calidad de adopción fue Charpie, una pequeña hallada junto a sus hermanas, pero que a pesar de promoverse no halló hogar y se quedó como parte de la pandilla “Pata de Perro”. Sin embargo, a ella se han sumado otros canes rescatados y adoptados, quienes con la guía de Jorge han aprendido a comportarse o a desarrollar otras destrezas.
“Ya saben caminar con correa, a sentarse y echarse, y a manejar su carácter”, cuenta Sharon, además de señalar que a la par del requisito de ser mascotas adoptadas, estas deben estar esterilizadas. Y es que este es uno de los ejes de trabajo de la asociación que busca concientizar sobre la adopción y esterilización de perros. Esto último para evitar la sobrepoblación y que los canes terminen en situación de calle. A estos ejes ha sumado el mensaje de educar a los animales de compañía.
Las clases son gratuitas, explica Sharon, pero si la sociedad quiere ayudar a la labor de la asociación lo que recomienda es hacer donativos en especie, que pueden ser croquetas o artículos para perros. Asimismo, puede contactar a la asociación para apadrinar la esterilización de canes, cuyos casos se difunden en la página de Facebook de Adopta un amigo.
Jorge Trujillo, responsable de las clases, invita a las y los propietarios de canes adoptados a acudir a las jornadas y así ayudar en la socialización y adiestramiento, y lograr una mejor calidad de vida para sus “amigos”. Él, quien siempre va en compañía de su “canijo” Balú, cuenta que los perros que ha apoyado han mejorado notablemente y el temor de sus dueños por sacarlos a la calle y que socialicen mermó.
“Los perros son mucho más confiados y los dueños son más tranquilos a la hora de sacarlos”, explica, al tiempo de señalar que el adoptar y educar es una segunda oportunidad para los perros que han sufrido al vivir en la calle. “Ellos regresan eso con creces, con amor, cariño, afecto y protección”, dice Jorge, quien percibe que la mayor gratitud se da justamente en los perros adoptados.
