Mercado Víctor Bravo Ahuja sobrevive ante la crisis
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Mercado Víctor Bravo Ahuja sobrevive ante la crisis

Entre los 120 locales y puestos de venta, aún hay decenas cerrados por el temor a la enfermedad y los altos costos que implica su funcionamiento


Mercado Víctor Bravo Ahuja sobrevive ante la crisis | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Rubén Morales

En medio del conflicto que estalló hace meses por la propiedad y control del mercado Víctor Bravo Ahuja, locatarios de la zona comercial ubicada en Santa Lucía del Camino tratan de sortear la pandemia. Una nueva normalidad y la esperanza por la vacunación enmarcan la recuperación, una que, sin embargo, aún se observa lenta.

Entre compradores y comerciantes, se observa más confianza a raíz de la inmunización. Pero no por ello se han dejado atrás las medidas sanitarias. Con sus posibilidades y recursos propios, locatarios han mantenido filtros sanitarios que –aun sin personal de vigilancia– visitantes y consumidores respetan.

Entre los 112 locales y puestos, aún hay cerca de 40 que se mantienen cerrados por el temor de sus propietarios y por los altos costos que implica su operación, cuenta Francisco Jiménez Martínez, secretario general del Comité Democracia y Justicia. “Uno tiene que invertir y si no lo recupera, sale perdiendo. De alguna manera, la gente se la rifa. Esto no se ha compuesto, pero vamos poco a poco”.

Filtros: control de casos y desgaste económico

El mercado habilitó dos puertas para entrada y salida como una manera de controlar el acceso y permitir un mejor flujo de visitantes. Asimismo, cerró los demás accesos.

Hasta hace unas semanas, en los filtros de acceso/salida había personas encargadas de dotar el gel antibacterial, tomar la temperatura y vigilar el uso de cubrebocas. Sin embargo, pagar por tal servicio afectó la economía de locatarios, quienes optaron por “automatizar” el control con una máquina para medir la temperatura y que al mismo tiempo dota de alcohol en gel. 

Al estar la sociedad ya habituada al funcionamiento del mercado y las medidas de prevención y sana distancia, el comité del mercado consideró viable esta opción. Sin embargo, cuando existe alguna falla en el equipo, los visitantes pueden tomar desinfectante directamente de una botella. Asimismo, los vendedores tienden a apoyar si se presenta algún problema.

Los filtros guardan similitud con los de varios mercados de la ciudad de Oaxaca, en donde se sigue el control de temperatura, la dotación de gel antibacterial o lavado de manos con agua y jabón, así como la vigilancia en el uso de cubrebocas. Aunque en el Bravo Ahuja desde hace tres semanas ya no hay vigilantes en los accesos.

El mercado estaba “muy triste”, pero se recupera

En este  mercado de la zona conurbada, cerrar no fue una opción de larga duración para sus locatarios. Solo se permitieron esta medida una semana en abril de 2020. Francisco Jiménez Martínez, secretario general del comité Democracia y Justicia, considera que a más de un año de pandemia y aun con episodios de muy bajas ventas, estas se ubican a un 30 % del tenido antes de la pandemia. 

Foto: Rubén Morales

Aún hay temor –reconoce– pero han podido sortear la pandemia, pues incluso en el interior se presentaron algunos casos con desenlaces fatales, pero que pudieron controlarse a tiempo para evitar brotes. 

Sin embargo, la recuperación se mantiene, pues más de dos terceras partes de los locales y puestos operan, desde aquellos con venta de jugos, de comida, de frutas y verduras, carnicerías y de semillas o productos varios. La esperanza no se apaga en este mercado que los días miércoles desarrolla un tianguis con vendedores provenientes de otras partes del estado o que durante toda la semana ofrece carnes asadas y otros artículos en su exterior.