Marmolería enfrenta una crisis en la nueva normalidad
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Marmolería enfrenta una crisis en la nueva normalidad

Con los cambios y restricciones, establecimos como el de Félix Ortiz aguardan por una vacuna para recuperar sus ingresos


Marmolería enfrenta una crisis en la nueva normalidad | El Imparcial de Oaxaca

A sus 60 años, Félix Ortiz Moreno ha pasado prácticamente toda la vida entre el mármol. Desde la niñez, sus manos y herramientas han dado forma a lápidas con que otros recuerdan a sus fallecidos, ya sea con el nombre y las fechas de nacimiento y muerte o con palabras que evocan su legado o el vacío que dejan. 

Entre imágenes religiosas, cruces y capillas, la muerte se ha aproximado a él y, aunque para algunos esta resulta en algo negativo, a él le permite ganarse el sustento diario. En un local que opera desde 1984 frente al Panteón General de Oaxaca de Juárez, Félix se ha encargado de proveer las lápidas que se suman a un ritual de despedida, el que hoy ha cambiado drásticamente por la Covid-19.

Pero así como los sepelios han cambiado y el número de gente que presencia este es reducido, lo son también los ingresos para su marmolería. La capital oaxaqueña ha dado la mayor cifra de muertos para la epidemia de Covid, pero eso no se refleja en el negocio de Félix. Las ventas y encargos que hasta principios de este año eran normales han caído a un 10 por ciento. 

“Es como la balconería o carpintería, que hay muchos tallercitos. Pero resulta que llegó la pandemia y estamos atorados. Tengo todo lo que hice antes de la pandemia para Todos Santos”, cuenta el propietario de la marmolería. 

Así como la gente espera la vacuna contra la Covid, que en este mes empezará a aplicarse al personal de salud en primera línea, Félix aguarda por la recuperación de su negocio y así poder sacar las capillas que llevan más de ocho meses empolvadas. Aunque la incertidumbre se impone. 

Hasta antes de la emergencia sanitaria, la clientela acudía para encargar algún mausoleo, cruz, libro o placa conmemorativa. Incluso le pedían lavaderos y fregaderos, pero ahora hasta esos productos dejaron de ser solicitados. Entre el gremio, hubo quien abandonó el oficio —según explica Félix— quien ante las baja ventas trata de sobrellevar la crisis con  préstamos que lo están “endrogando”. 

“La semana pasada entregué dos plaquitas conmemorativas y con eso medio nos estamos comprando de comer”.