Comerciantes pierden ingresos por cierres de la Central
Las bodegas de frutas y verduras carecen de cámaras de conservación, por lo que los cierres del fin de semana y del miércoles han propiciado la maduración o incluso devolución de productos
Para comerciantes de perecederos en la Central de Abasto, los cierres del fin de semana y del pasado miércoles han mermado sus ventas y que productos que antes salían el mismo día de llegada se maduren en las bodegas. Quienes son minoristas y compran ahí mismo la fruta y verdura que venden al menudeo en otras áreas de la zona comercial han tenido incluso que tirar a la basura más de la mitad de la mercancía.
No se les ha avisado con el tiempo debido, coinciden los comerciantes que a diferencia de otros no pueden dejar guardada la mercancía sin el temor a la descomposición. Y aunque algunos han improvisado bodegas para recibir los pedidos que no pudieron cancelar; otros más han sufrido serios problemas con la fruta o verdura que ya tienen en sus espacios.
“No nos avisan y a la mera hora nos dicen: mañana no van a abrir. La fruta se madura o tenemos pedidos y no nos dejan sacarlos”, cuenta Karina Díaz, de la bodega de frutas finas Pepe. En el local de venta al mayoreo y menudeo, el cierre temporal de los miércoles y domingos, así como el del pasado fin de semana y lunes, ha hecho que pierdan varias ventas.
Además, cuenta que con la restricción de horarios cerca de una decena de locales han sido clausurados temporalmente por operar pasados algunos minutos de las 19 horas. “Y de hecho no está definida la clausura. Te dicen que firmes un papel y entonces puedes abrir, pero no sabes cuánto vas a pagar de multa”.
Miguel Ángel Hernández Manzano, de la Unión de Bodegueros, que congrega a este y más de 60 locales en esta parte de la Central, coincide con la percepción de Karina. Los cierres, explica, han propiciado que la fruta que se vendía en el mismo día tenga que permanecer varios días en bodega. Las pérdidas de ventas o incluso de parte de la mercancía, las adjudica a la mala coordinación. Sobre el cierre del sábado, domingo y lunes, fueron avisados un día antes, pero para entonces ya no podían cancelar los pedidos que venían en camino.
“Las bodegas no tienen cámaras de refrigeración”, señala. Acaso unas cuantas, casi la tercera parte, pero esas no son para conservación, que les hubieran servido para prepararse el fin de semana, cuando tras un diálogo pudieron sacar los pedidos de mayoreo y dejar los productos que venden al menudeo, el 80 por ciento.
Frente a estas pérdidas, Miguel Ángel cuenta que se ha pedido a las autoridades considerar sus problemáticas con los perecederos. Además de buscar un apoyo para reactivar las ventas en una zona que ha sido calificada como foco rojo o de alto contagio de Covid-19, y en la que observa que la gente ha dejado de ir a comprar por temor.
