Una gran cantidad de templos católicos dañados por los terremotos del 2017 continúan sin ser rehabilitados, unos han sido intervenidos; sin embargo, otros se encuentran en las mismas condiciones, por lo que los actos religiosos de la próxima Semana Santa se van a realiza en los atrios o en lugares alternos.

Según cifras oficiales durante los fuertes temblores, el mayor, de magnitud 8.2 y 7.1 del 7 y 19 de septiembre respectivamente, en el Estado de Oaxaca resultaron afectados un promedio de 33 templos; 13 de ellos fueron cerrados.

La mayoría de ellos se encuentran ubicados en poblaciones cercanas, así como del interior del estado. Asimismo, San Francisco de Asís, La Consolación, La Defensa, El Patrocinio y el de Nuestra Señora de las Mercedes que se encontraba afectado por otros sismos.

Varios religiosos entrevistados por separado dijeron que en algunos lugares se trabaja de manera lenta y no se sabe para cuándo se van a terminar los trabajos, por lo que las actividades litúrgicas se tienen que realizar en otros sitios.

AÚN PRESENTAN DAÑOS

El Templo de la Defensa, ubicado en las calles de Fiallo y Arteaga, a escasos metros del Zócalo capitalino, cuenta con un solo campanario el cual con motivo de los fuertes sismos de ese año, se encuentra desfasado y a punto de caer, comentó Domingo Montiel.

Entrevistado en las afueras del recinto religioso, el vecino del lugar dijo a EL IMPARCIAL que a simple vista se puede ver desde abajo que el campanario está de lado; no obstante, hasta el momento ninguna autoridad ha hecho nada por atender el problema.

Celerino González, por su parte, comentó que el Templo del Patrocinio que se localiza en la calle de Pino Suárez esquina con Zárate, aún presenta serios daños que no han sido atendidos por las autoridades correspondientes.

En la basílica Menor de Guadalupe, desde hace meses iniciaron los trabajos de restauración, por lo que el templo principal fue cerrado al culto religioso. Asimismo, la capilla en donde se encuentran las urnas donde se guardan las cenizas de personas fallecidas, lo que ha generado inconformidad de los familiares.

BUSCAN PROTEGER A FELIGRESES

En el Templo de San Francisco de Asís que se encuentra en la esquina de Doctor Pardo entre Carlos María Bustamante y Armenta y López en el centro de la capital los sacerdotes durante las misas han dado a conocer a los feligreses medidas de seguridad.

De manera coordinada con autoridades de Protección Civil se acordó cerrar una de las puertas de acceso al atrio del templo, con el fin de evitar que penetren vehículos a estacionarse, esto con el fin de facilitar un desalojo en caso de un sismo.

De acuerdo con los religiosos que tienen a cargo el templo, la medida se tomó de manera paralela con Protección Civil con el fin de salvaguardar la integridad física de los fieles católicos que asisten todos los días a las celebraciones religiosas.

En tanto, fieles católicos se mostraron molestos con las autoridades encargadas del cuidado de los templos porque no se agilizan los trabajos de restauración, “podría venir otro sismo y acabar con este tipo de inmuebles históricos”, asentó Carlos Cruz.

Algunas obras avanzan a paso lento, “tal parece que no se cuentan con los recursos necesarios y que las autoridades correspondientes no cuentan con la capacidad necesaria para reparar los inmuebles catalogados como Patrimonio Cultural de la Humanidad”, reiteró el ciudadano.

RIESGO LATENTE

Las medidas preventivas no han sido tomadas en otros recintos religiosos en donde se anuncian las actividades religiosas en el interior de los templos, aun cuando estos presenten algunos otros daños, tal es el caso del Templo del Patrocinio en donde los domingos se llevan a cabo las celebraciones.

Aun cuando este lugar ha sido intervenido por las autoridades correspondientes, los daños que presenta la barda del recinto son visibles, lo grave es que la entrada principal sobre Pino Suárez está ubicada precisamente donde suben y bajan usuarios del transporte público.

Fuentes consultadas dijeron que luego de que se registraran los fuertes movimientos de tierra, se verificó el estado físico de la Catedral Metropolitana y la Basílica Menor de la Soledad, detectándose algunas grietas que no representaban peligro para los feligreses, por lo que se encuentran abiertos al culto religioso.

No obstante, añadieron que los templos que presentan grietas, durante la temporada de lluvias podrían tener filtraciones de agua, por lo que el arte sacro que se encuentra en el interior de cada uno de ellos podría resultar afectado.