Cosechan Tobalá como alternativa a la pepena en basurero de Oaxaca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Especiales

Cosechan Tobalá como alternativa a la pepena en basurero de Oaxaca

En medio de las Colonias Unidas donde habitan alrededor de 26 mil familias, crece un proyecto de reproducción del maguey Tobalá, donde el principal objetivo es fomentar en los niños otras actividades productivas y que pepenar ya no sea la única actividad para ganarse la vida.


Cosechan Tobalá como alternativa a la pepena en basurero de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

En medio de las Colonias Unidas donde habitan alrededor de 26 mil familias, crece un proyecto de reproducción del maguey Tobalá, donde el principal objetivo es fomentar en los niños otras actividades productivas y que pepenar ya no sea la única actividad para ganarse la vida.

Julio Bolaños, profesor de una escuela de Telesecundaria donde estudian 45 niños de 12 a 15 años de edad, es el autor de este proyecto que inició hace poco más de 6 años, de donde ahora obtienen recursos para mejorar la infraestructura de su escuela.

“Soy de una comunidad que se llama El Infiernillo, en la Sierra Sur, en esta comunidad mi familia empezó con estos proyectos, mi hermano quien vive en el pueblo siempre se preguntaba que porqué era muy caro, su inquietud fue saber por qué tenían precios muy elevados y los palenqueros decían que era porque es muy difícil encontrar la planta que solamente se da por semilla, entonces se le ocurrió sembrar para multiplicar”.

“Se dio cuenta que utilizando métodos tradicionales revienta la semilla y nadie creía que se pudiera hacer eso, así iniciamos, la semilla tarda desde 7 a 10 años en estar en óptimas condiciones para aprovecharse, pero nosotros producimos matitas para comercializarlo”.

Con un pequeño invernadero, el maestro comenzó a mostrar a sus estudiantes los procesos de la cosecha del maguey Tobalá.

“Después de germinar a los tres meses se saca para meterlos en bolsas y al año ya se pueden vender”.

“Cuando llegan a esta edad se garantiza que lleguen a edad adulta, el primer ciclo vendimos 8 mil plantas, en el segundo ciclo ya vendimos 14 mil matas y ahora estamos en el tercer ciclo, los niños son los que se dedican a cuidar las plantas, ya tienen conocimiento si tienen enfermedades como hongos o gusanos y para combatirlos aplican insecticidas naturales”.

Las autoridades educativas de esta pequeña Telesecundaria, señalan que sus primeras instalaciones fueron campamentos y techos de lona, poco a poco la asociación civil Sicanda se acercó para apoyarlos con un aula ecológica, donde se utilizaron materiales como el PET para levantar las paredes.

Aunque también las autoridades municipales de Zaachila hicieron lo mismo con la construcción de algunas aulas, la necesidad aún era más fuerte para mejorar la infraestructura educativa, incluso a la fecha cuentan con un salón hecho de lámina, en donde el olor del basurero suele ser el único obstáculo.

“Con el recurso que obtuvimos de la primer venta se logró cercar el terreno de la escuela y compramos una laptop, con lo de la segunda siembra de 14 mil plantas se está haciendo el muro de contención, la matita se vende entre 10 y 15 pesos, dependiendo el tamaño”.

El maestro Julio refirió que con esta actividad se han evitado de realizar trámites burocráticos para solicitar apoyos.

“Es resultado del trabajo de los jóvenes, padres de familia y profesores”.

Por su parte, el maestro Fortunato Anaya López, mencionó que el proyecto escolar ha beneficiado a todas las colonias aledañas.

“En tema de la contaminación se ha buscado la forma de subsanar este ambiente, pero no podemos hacer más porque el basurero se salió de control”.

“Nosotros como maestros buscamos la manera para no contaminar, pero la basura llega hasta acá, cuando le dan vuelta la basura llega un olor muy fuerte, nosotros realmente venimos porque queremos ayudar a la comunidad, que los jóvenes tengan otra alternativa para enfrentar los retos de la vida, todo el proceso que se está haciendo es gracias a los padres de familia”.

La profesora Elvia Pérez Juárez, quien también ha sido fundamental en la producción del maguey, destacó que “el propósito es que los niños puedan encontrar otra forma de vida, que puedan proyectarse en sus familias y que puedan adoptar otra forma de vida para mejorar sus condiciones, la mayoría es de escasos recursos”.

Los catedráticos coincidieron que pepenar es un oficio digno, sin embargo, los padres de familia que se dedican a ello, corren el riesgo de atraer algunas enfermedades derivadas de la contaminación.