“La gente regatea mucho la ropa”, dicen artesanos
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“La gente regatea mucho la ropa”, dicen artesanos

Las ventas bajaron en 2006 y desde entonces no se han recuperado


“La gente regatea mucho la ropa”, dicen artesanos | El Imparcial de Oaxaca

Elaborar un vestido o una chalina de seda de San Pedro Cajonos puede tardar de seis meses hasta un año; una blusa bordada de Tuxtepec o de Zacatepec requiere entre uno y dos meses de trabajo manual y artesanal, cuyo valor difiere en muchas ocasiones del precio que el comprador está dispuesto a pagar.

“¿Cuánto es lo menos?”, “¿por qué tan caro?” son preguntas que los artesanos que participaron en la expoferia de El Llano escucharon con frecuencia los diez días en los que expusieron sus productos en esta plaza.

Preguntas que son imposibles en tiendas departamentales, en supermercados. Preguntas que no se le hacen a un diseñador, pero sí a un artesano.

Para doña Yesenia, artesana textil de Tuxtepec, el regateo significa una desvalorización del trabajo artesanal que se origina porque los compradores no saben cuál es el trabajo que implica bordar una blusa y pagar 680 pesos por ella les parece demasiado, por lo que buscan que el precio se reduzca 30, 50, 80 pesos o más.

“Si dividimos esos 680 y le quitamos la inversión del hilo y la tela cuánto nos queda, la gente no piensa en eso, es muy poquito, quién se conforma con eso, y un artesano se tiene que aguantar y sonreír porque no le podemos decir nada al cliente.

“La gente regatea mucho la ropa, quiere todo barato, es mucho el proceso que tiene que hacer y te llevas algunas decepciones, pero hay otras que no te dicen nada, te compran y hasta te echan la bendición, otras que dicen que por qué tan caro”, comenta.

Doña Hilda, proveniente de San Pedro Cajonos, Sierra Norte, describe el trabajo que debe realizar para conseguir la seda de gusano: “toma hasta un año, desde la crianza de las larvas, hasta el proceso de hilado y de tejido. Las mantas y vestidos que se elaboran con estos hilos son de las más caras que se encuentran en la exposición, una bufanda cuesta en promedio 6 mil pesos y, no obstante su delicadez, también son regateadas”.

“Nosotros encontramos quién nos compre, eso no nos preocupa”, dice doña Hilda.

Las prendas que vende don Isidro se producen con mucha mayor velocidad, en un par de hora puede coser en máquina una camisa y en un día un vestido y aunque los precios de sus textiles son más bajos también hay turistas que creen que son altos o que practican el regateo por costumbre. “Son los locales, los compradores de Oaxaca, principalmente, los de fuera son más respetuosos”, asegura.

Para don Alberto Jiménez, originario de Santa María Talhuitoltepec, que elabora manteles y cobertores de manta, el problema de la concientización de los compradores es menor en otros lugares como la Ciudad de México, donde exponiendo dos o tres días los productos que oferta se acaban, sin regateos, porque “la gente sabe lo que vale”.

En Oaxaca, asegura, las ventas bajaron en 2006 y desde entonces no se han recuperado y aunque en esta edición de la expo feria del Llano en general las ganancias fueron aceptables, no se han recuperado.

La venta de artesanías es para otros expositores un trabajo complementario. Encarnación Ruiz García la invitaron porque la Diosa Centéotl 2018, Francisca Pérez Bautista, es de su comunidad, de Zacatepec Mixe. La invitación no obstante llegó tarde solo para un día, el lunes de la octava de la Guelaguetza. Llegó a vender blusas y vestidos que van de los 400 a los 2 mil 500 pesos.

“No me habían invitado, apenas me avisaron, como la muchacha que ganó el certamen es de mi comunidad por eso nos dieron el lugar. Voy a estar aquí un día, si me dan más tiempo me quedaré con mucho gusto”, asegura.

Además de preguntarse cuántas ventas logrará en un día, le preocupa si comenzará a llover pronto en la Sierra Mixe, si la tierra tendrá el agua suficiente para que crezcan los cultivos de maíz, ajonjolí y de chile, que son su principal actividad y de ingreso.

“Nosotros trabajamos en el campo, mucha gente tarda en hacer una prenda 20, 25 días, yo un mes, porque ando en el campo, tenemos que andar limpiando. La ropa típica en Zacatepec se vende poco porque hay mucha competencia, el principal ingreso es el campo cuando sale la cosecha”.