"El periodismo es contar historias, era un oficio, no una carrera universitaria"
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“El periodismo es contar historias, era un oficio, no una carrera universitaria”

El periodista español visitó la ciudad de Oaxaca y habló con EL IMPARCIAL sobre cómo tratar al “oficio más bello del mundo” en el segundo país más peligroso del mundo para practicarlo


“El periodismo es contar historias, era  un oficio, no una carrera universitaria” | El Imparcial de Oaxaca

Contar el mundo. Contar historias. Esa es la labor del periodista. Para Javier Brandoli, corresponsal del diario español El Mundo está clara la premisa y el corolario es “hacer periodismo es contar historias, esto era un oficio, no era una carrera universitaria”. La tradición de Ryszard Kapuscinski, del “mejor reportero del mundo”, cercano a la gente identificada como del “Tercer Mundo”, “que vive en muy duras y terribles condiciones”, es clara en este periodista español -algunas citas del polaco se hacen presentes casi sin darse cuenta en su discurso “una mala persona no puede ser un buen periodista, este oficio no es para cínicos”- que visita Oaxaca a invitación del Centro de Educación Continua del Instituto Politécnico Nacional y que tras una conferencia con estudiantes dialoga con EL IMPARCIAL sobre el deber de un corresponsal de alejarse de las salas de prensa, el respeto que siente por los periodistas que a diario se juegan la vida en Veracruz, Tamaulipas, Michoacán, Coahuila… por narrar las vida que crea el narcotráfico y de las similitudes que existen entre Kenia, la selvática zona de los tzotziles y las montañas rarámuris de Chihuahua, donde ha estado la última década.
-¿Cuáles son las semejanzas y contrastes que encuentras entre los temas periodísticos que encuentras en África y en México?
-Quizá el principal, desde una parte es el interés, México sí interesa a España, hay un conocimiento evidente y África es un desconocido para España. África está sin contar, tiene menos peso en la información en España de la que tiene México. México me ha sorprendido, es informativamente brutal. A veces su propio surrealismo genera noticias de una manera tremenda. El indigenismo, que es un tema que a mí me apasiona, porque lo viví en África, aquí es apasionante.
Hayuna mezcla entre varios Méxicos, el indígena, el no indígena. México es una bomba de generar información, la violencia, el narcotráfico, el país es bellísimo, si no tuviera estos problemas de violencia sería uno de los tres países con más turismo del mundo.
-Oaxaca es un estado eminentemente indígena, uno de cada tres pobladores habla una lengua indígena; en el país entre 30 y 40% de la población se reconoce como tal, desde el periodismo, ?desde la esfera pública, en los medios de comunicación, observas su presencia?
-He de decir que están muy relegados. Mi experiencia en reportajes, con rarámuris, con totziles, otomíes, mazahuas me dice que es probablemente la población más rezagada que hay en México. Tienen un enorme problema de integración.
Me sorprende, entiendo que es un tema muy complicado, pero la sensación que he tenido es que siguen siendo sociedades muy apartadas de la sociedad mestiza. Una cosa que me llamó muchísimo la atención con los mayas es que haciendo reportajes en Yucatán escuché muchas veces que se referían a los españoles, pensé que era historias de hace 70 o 50 años, pero ellos definían como españoles a todo aquel que era mestizo. Esto define gran parte del problema.
Su relación con el gobierno federal la define como “buena, sana, abierta y clara”, “similar a la de cualquier política de todo el mundo, el político busca su beneficio, si le criticas no le gusta y pasas dos grados atrás, eso no pasa solo en México, sino en todo el mundo Tu deber es contar lo que está pasando”.
-En México suman siete periodistas asesinados en 2017, en 2016 fueron 11, de julio de 2010 a 2016 suman 47 ?te sientes seguro haciendo periodismo en México?
-Yo sí, y siento que cuando entras a otros lugares más complicados asumes ese riesgo. Yo soy un privilegiado, yo no soy el tipo que vive en un pueblecito de Veracruz, que tiene un pequeño periódico o una radio local y tiene que contar que el presidente municipal está vinculado con Los Zetas, yo entro y salgo. He tenido hasta alguna indirecta de amenaza, pero yo me siento seguro, en México hay un enorme problema de inseguridad para los periodistas, pero para los periodistas mexicanos principalmente.
-¿Has logrado contar el narcotráfico en un nivel más profundo?
-No, he podido contar temas del narcotráfico, de corrupción, he estado en zonas complicadas, pero a mí me parece que el riesgo aquí es cuando un periodista que vive en esta calle, en la que pasan los policías municipales o estatales, está contando y señalando con el dedo ‘el presidente municipal hace esto, está con el narcotráfico relacionado’, eso es muy peligroso.
-Como corresponsal te toca hacer un periodismo distinto, no puedes limitarte a las declaraciones del presidente o del gobernador o a contar solamente que un grupo armado mato a 12 personas en Tamaulipas, debes explicar más que ello. ?Cómo eliges tus temas y tus fuentes?
-Cuando el presidente Peña Nieto hace una declaración en una rueda de prensa y hay que ir a Los Pinos o a Palacio Nacional a mí francamente me parece que mi lugar, salvo que vayan a admitir preguntas, no es estar ahí, ahí están ya las agencias, ahí está todo el mundo. Donde yo me siento más cómodo es, si tengo que hablar de violencia, yendo a donde está la violencia, si tengo que explicar el indigenismo tengo que reportajearlo.
El periodismo, acusa, se ensucia cuando se permite que una persona gana 400 euros por contar en la televisión la guerra de Siria cuando nunca ha pisado esa guerra, mientras que quien sí está presente y se juega la vida haciendo su trabajo gana 50 o 100 euros.
-Miguel Ángel Bastenier, uno de los grandes periodistas en español, decía que había cuatro grandes problemas del periodismo, uno de ellos, la politización de todos. Como corresponsal tienes facilidad para evitar esta situación?
-No hay un medio de comunicación, ni el de Bastenier, que no esté politizado y que no tenga peajes políticos y económicos. Yo quitaría todos los editoriales de los periódicos, creo que en el momento en que te estás posicionando hay una sospecha. Creo que el deber de cada periodista es que lo que escribes debajo de tu nombre es tu veracidad. Mi medio y todos los medios del mundo tienen peajes políticos y económicos.
En la puerta, cuando ya nos vamos, observamos que dos de los caddies están quemando droga sobre un papel de plata. Lo hacen junto a la que debió de ser caseta del guarda. Fuera, las casas son lustrosas, de ladrillo y cemento, y algunas con un pequeño jardín. Un cartel algo oxidado nos recuerda por última vez que estamos en un Country Club Golf en medio de Soweto, ejemplo perfecto de la miseria y esperanza de Sudáfrica.

*Esta crónica fue publicada originalmente en El Mundo y en la revista www.viajesalpasado.com en julio de 2013.