Debido a su ubicación por la donde se subduce la Placa de Cocos por debajo de la placa de Norteamérica, Oaxaca ha sido epicentro de múltiples terremotos, el más devastador según los reportes históricos el ocurrido el 14 de enero de 1931.
El movimiento telúrico 7.8 grados con una duración de tres minutos con 10 segundos, devastó más del 50 por ciento de las viviendas que se ubicaban en lo que hoy es la zona metropolitana de Oaxaca, con epicentro en la zona de los Loxichas, entre los límites de las regiones de la Sierra Sur y la Costa.
Aunque no se tienen datos precisos sobre las viviendas y víctimas del terremoto, los especialistas estiman que la cifra pudieron rebasar las 10 mil personas que fallecieron por diversas razones como la destrucción de sus hogares.
Previo a este sismo, existe el registro de otro terremoto ocurrido en 1903 con una intensidad de 8.3 grados, con epicentro en la región de la costa, sin embargo, su devastación fue de menor impacto.
Siguieron otros grandes sismos como lo ocurrido el 30 de septiembre de 1999, con una magnitud de 7.4 grados, con epicentro en Puerto Ángel y una duración de 45 segundos. Provocó graves afectaciones en 600 municipios y dejó al menos 50 víctimas en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
En los sismos históricos de Oaxaca, no existen datos sobre el número de réplicas que siguieron después de los movimientos telúricos, hasta después del terremoto de 8.2 grados que devastó el Istmo de Tehuantepec, ocurrido el 7 de septiembre de 2017.
De acuerdo a los datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), hasta las 9:30 horas del 30 de octubre, se han contabilizado 9 mil 240 réplicas, las dos mayores de magnitud 6.1 grados.
Aunque los especialistas señalan que las réplicas pueden durar años, en el mundo no existen precedentes de un terremoto que haya registrado este número de réplicas en menos de 60 días.
Debido que no se cuenta con la tecnología suficiente para predecir los terremotos, las autoridades de protección civil señalan que la única manera de mitigar los riesgos ante un movimiento telúrico es la prevención a través de la aplicación de un plan interno de protección civil.