Víctor Vázquez Castillejos, antropólogo juchiteco conocido como Víctor Cata, se ha involucrado en el proyecto de los pueblos de la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, que busca revitalizar la lengua zapoteca, misma que podría estar en peligro de extinción en la zona, debido al reducido número de hablantes.
El maestro Víctor Cata se ha caracterizado por recuperar las costumbres y tradiciones de los pueblos zapotecas; por ello, que entre sus trabajos destaque la integración de un cuadernillo de los diferentes tipos de bordados que realizan las mujeres de los pueblos del Istmo, incluyendo la cadenilla de la zona norte.
Durante la entrevista destacó que es necesario despertar el interés de las personas por recuperar parte de su identidad a través de su lengua materna: el zapoteco, y eso fue lo que lo llevó a la comunidad de San Francisco Ixhuatán, en donde niños y niñas participan entusiasmados en el taller que dio inicio hace tres meses en este municipio.
En el marco de las fiestas patrias y para demostrar el avance que han tenido durante este tiempo sus alumnos, elaboraron una lotería en zapoteco, la cual presentaron en el parque central de la población y jugaron con ciudadanos.
Además, por iniciativa de los alumnos, se instaló una mesa en donde expusieron en zapoteco los productos que México le ha dado al mundo.
Como si fuera el primer día, el maestro Víctor Cata destacó que sus alumnos siguen mostrando el interés por aprender la “lengua de las nubes”, situación que lo ha animado, por lo que no descarta que en las próximas semanas tenga más sorpresas para la sociedad.
Por último, dejó en claro que con este taller pretende que los niños y niñas no hablantes logren en un año mantener una conversación con adultos mayores que sí hablen la lengua materna de Ixhuatán: el zapoteco.
A DETALLE
- En el marco de las fiestas patrias y para demostrar el avance que han tenido durante este tiempo sus alumnos, elaboraron una lotería en zapoteco, la cual presentaron en el parque central de la población y jugaron con ciudadanos.
- El taller lleva tres meses, y se espera que al año, los alumnos ya puedan desarrollar una conversación.
