Este año, comerciantes y productores de flor de muerto se han visto afectados por las bajas ventas ante el cierre del panteón municipal.
En la zona conocida como la inalámbrica ubicada sobre calle Coatzacoalcos y Ávila Camacho de Salina Cruz, sólo diez vendedores instalaron sus puestos, quienes comentaron que las ventas año con año disminuyen.
María Ruiz, es una comerciante de flor que proviene de San Blas Atempa, y explicó que de 30 hectáreas que sembraba junto con su familia previo a la temporada de muertos, bajó a 10 porque ya no hay ventas; aparte la pandemia los vino a afectar al cien por ciento.
Indicó que el año pasado tuvieron pérdidas económicas y ahora las ganancias no son las mismas que otros años.
Agregó que pocas son las personas que compran flores para colocarlas en sus altares.
“Si una persona o familia compraba entre 200 y hasta 300 pesos de flor, hoy en día sólo se llevan 50 pesos, o sea, lo esencial para sus altares porque ya no pueden ir al panteón a visitar las tumbas de sus seres queridos. Eso nos pegó a nosotros en las ventas”, apuntó.
“Vamos a estar sólo unos días y si vemos que no hay ventas tenemos que irnos y malbaratar nuestras flores para recuperar lo poco que invertimos en paisajes y traslado de la mercancía”, expresó la productora de flor.
Finalmente, reconoció que el pago de impuestos ha sido otro problema, aunado a la reubicación que hizo la autoridad luego de que retirara a los vendedores del parque municipal, en donde dijo, las ventas eran elevadas.
