Hong Kong (CNN) — El máximo dirigente chino, Xi Jinping, lanzó la advertencia más contundente hasta el momento contra todo aquel que cuestione la política de cero-covid del país, ya que los estrictos y frecuentes cierres alimentan el descontento público y suponen un golpe devastador para la economía china.
En una reunión presidida por Xi este jueves, el Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista en el poder se comprometió a “adherirse inquebrantablemente a la política general de ‘cero-covid dinámico’, y luchar resueltamente contra cualquier palabra y acto que distorsione, dude o niegue las políticas de prevención de epidemias de nuestro país”.
Esta es la primera vez que Xi, que según los medios de comunicación estatales pronunció un “importante discurso” en la reunión, hace comentarios públicos sobre la batalla de China contra el covid-19 desde que estalló el furor público por el duro cierre de Shanghái.
“Nuestra estrategia de prevención y control está determinada por la naturaleza y la misión del partido, nuestras políticas pueden resistir la prueba de la historia, nuestras medidas son científicas y eficaces”, dijo el comité de siete miembros, según la agencia de noticias gubernamental Xinhua.
“Hemos ganado la batalla para defender Wuhan, y sin duda podremos ganar la batalla para defender Shanghái”, dijo.
El Comité Permanente también exigió a los cuadros una “comprensión profunda, completa y exhaustiva” de las políticas establecidas por la dirección central del partido.
“Debemos superar resueltamente los problemas de conciencia inadecuada, preparación inadecuada y trabajo insuficiente, y superar resueltamente el desprecio, la indiferencia y la autojustificación en nuestro pensamiento”, dijo.
Para los analistas que llevan mucho tiempo observando la política china, la severa advertencia es una señal de que ha habido un retroceso interno contra la política de Xi de cero-covid desde dentro del partido.
“Este lenguaje debe leerse como una crítica directa a los líderes locales no especificados del PCCh que han cuestionado las políticas del centro, o que no han tenido suficiente éxito en su aplicación”, escribió David Bandurski, codirector del China Media Project.
“Y es difícil no oír en esta frase sobre la ‘autojustificación’ la condena de los líderes de Shanghái en particular”, añadió Bandurski.
Crece el descontento en Shanghái por las medidas contra el covid-19
En las últimas cinco semanas, muchos habitantes de Shanghái han acudido a las redes sociales para pedir ayuda y desahogar su ira por la grave escasez de alimentos y la falta de acceso a la atención médica. Algunos protestaron desde sus ventanas, golpeando ollas y sartenes y gritando de frustración, otros incluso se enfrentaron a la policía y al personal sanitario en las calles, una escena poco habitual en un país donde la disidencia se reprime habitualmente.
Las graves consecuencias económicas también han suscitado la preocupación de economistas y empresarios, sobre todo teniendo en cuenta el papel de Shanghái como principal centro financiero del país y centro de fabricación y transporte marítimo. En abril, el sector de los servicios de China, que representa más de la mitad del PIB del país y más del 40% del empleo, se contrajo al segundo ritmo más fuerte registrado, mientras que el sector manufacturero también se redujo.
Y a medida que ómicron se propaga en otras partes de China, más gobiernos locales están imponiendo rápidos cierres en respuesta a solo un puñado de casos. En Beijing, donde se han registrado más de 500 casos desde el 20 de abril, muchos temen que se produzca un cierre como el de Shangái, ya que las autoridades aplican cada vez más restricciones.
Pero la última declaración de los máximos dirigentes del país ha dejado claro que el gobierno chino está redoblando su apuesta por los cierres rápidos, las pruebas masivas y la cuarentena para aplastar la variante ómicron, altamente transmisible, en el futuro inmediato.
Wu Qiang, un analista político de Beijing, dijo que desde abril, la cuestión de cómo el gobierno debe hacer frente al peor brote del país desde Wuhan se ha convertido en una “lucha de caminos” dentro del partido.
“En primer lugar, se trata de una lucha sobre si debe elegir la ‘dinámica cero-covid’ o un enfoque más flexible para luchar contra el covid; y en segundo lugar, también es una lucha sobre si hacer del control del covid o del crecimiento económico la prioridad”, dijo Wu.
“Y con la última declaración, está claro que Xi ha elegido lo primero en ambas “luchas”, según Wu.
Xi ha puesto su sello personal en la estrategia de China contra el covid-19, y los medios de comunicación estatales informan a menudo de que ha “comandado y dispuesto personalmente” la lucha del país contra la pandemia.
“En este sentido, la estrategia “cero-covid” se ha convertido en una política incuestionable e indiscutible que está estrechamente ligada a su autoridad política, y por lo tanto no habrá flexibilidad a la hora de aplicarla”, dijo Wu.
