El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció el martes 13 de mayo a los 89 años, tras enfrentar una fase terminal de cáncer de esófago. Según informó su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolanski, Mujica recibió cuidados paliativos para aliviar el dolor en sus últimos días.
“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje. Vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”. Así explicaba su sencillo estilo de vida José Mujica, que accedió a la Presidencia de Uruguay en 2010 y se marchó en 2015 con una imagen positiva en la opinión pública de, nada más y nada menos, el 65% de la población.
En enero de 2025, el exmandatario había anunciado públicamente que el cáncer se había extendido por su cuerpo y que no continuaría con tratamientos médicos.
La trayectoria de Mujica estuvo marcada por su lucha por la justicia social y su papel como un referente de la izquierda en América Latina. Durante su mandato presidencial (2010-2015), apoyó iniciativas clave como el proceso de paz en Colombia, que culminó con el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en 2017.
“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje. Vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”. Así explicaba su sencillo estilo de vida José Mujica, que accedió a la Presidencia de Uruguay en 2010 y se marchó en 2015 con una imagen positiva en la opinión pública de, nada más y nada menos, el 65% de la población.
“Pepe”, como le llamaban afectuosamente casi todos los uruguayos, ha fallecido, según anunció el presidente uruguayo, Yamandú Orsi. “Al fin y al cabo, que me quiten lo bailado”, se alentaba el propio Mujica a sí mismo meses atrás al anunciar su enfermedad en rueda de prensa.
Hasta el último de sus días calzó alpargatas y habitó una chacra (una cabaña) a las afueras de Montevideo, junto a su esposa, Lucía Topolansky, ex vicepresidenta uruguaya. Vivían rodeados de gallinas, corderos, vacas, y, además, cultivaban flores y labraban una huerta. El transporte familiar, una vieja Vespa y un escarabajo Volkswagen.
Su legado como un defensor de la paz y el diálogo sigue siendo recordado y valorado tanto en Uruguay como en el resto de la región. El fallecimiento de Mujica representa la pérdida de una figura emblemática de la política latinoamericana, cuyo impacto trascendió las fronteras de su país.
La noticia de su fallecimiento trajo a la memoria momentos significativos de su vida política y personal, entre ellos el homenaje que recibió en diciembre de 2024 por parte del presidente colombiano Gustavo Petro, que le otorgó la Cruz de Boyacá, la máxima condecoración civil de Colombia.