El huracán Milton se adentró en el océano Atlántico tras atravesar Florida, dejando a más de 3.2 millones de personas sin electricidad y causando la formación de 150 tornados. El meteoro, que ha cobrado al menos diez vidas, agravó los estragos ya causados por el huracán Helene, aunque evitó un impacto directo en Tampa.
Milton tocó tierra el miércoles por la noche en Siesta Key, ubicado a 112 kilómetros al sur de Tampa. A pesar de que la ciudad esquivó los peores efectos, la emergencia continúa en la región. St. Petersburg registró 41 centímetros de lluvia, lo que ha llevado al Servicio Meteorológico Nacional a emitir alertas por inundaciones repentinas en diversas áreas del oeste y el centro del estado.
DAÑOS Y EMERGENCIA CONTINUA
Al amanecer del jueves, las autoridades enfatizaron que el peligro no ha cesado. La marejada ciclónica sigue siendo una preocupación en muchas partes de Florida, y se han emitido alertas por tormenta tropical en gran parte de la costa oriental central. Los funcionarios de los condados de Hillsborough, Pinellas, Sarasota y Lee instaron a la población a permanecer en casa, reportando la caída de cables eléctricos y árboles en las carreteras, así como puentes cortados e inundaciones.
El jefe de la policía del condado de Hillsborough, Chad Chronister, indicó a través de redes sociales: “Les avisaremos cuando sea seguro salir”. A pesar de que la esperada marejada ciclónica para Tampa no se materializó, las inundaciones continuaron afectando la ciudad. En Lee, se reportaron marejadas ciclónicas localizadas y se estima que la altura de estas alcanzó entre 1.8 y 2 metros, muy por debajo de los 4.5 metros que se temían.
IMPACTO EN INFRAESTRUCTURAS Y SERVICIOS
El huracán también dejó su huella en el Tropicana Field, estadio de los Rays de Tampa Bay, que sufrió daños significativos. La lona de su cúpula fue desgarrada por los vientos intensos, aunque aún no se conoce el estado de la infraestructura en su interior. Los residentes de Tampa enfrentan una crisis de agua corriente tras la rotura de una tubería principal, obligando a las autoridades a cortar el servicio.
Previo a que Milton tocara tierra, las fuertes lluvias y tornados ya habían comenzado a afectar el sur de Florida. Un tornado en los Everglades cruzó la Interestatal 75, mientras que otro en Fort Myers rompió ramas de árboles y destruyó la cubierta de una gasolinera. El club de campo Spanish Lakes, en la costa atlántica, fue uno de los lugares más afectados, con viviendas destruidas y varias muertes reportadas.
MOVILIZACIÓN DE RECURSOS Y ADVERTENCIAS
Con el huracán debilitándose a categoría 2 y luego a categoría 1, Milton mantenía vientos máximos sostenidos de 135 km/h. Aun así, las autoridades continuaron alertando sobre la situación crítica, con advertencias directas a la población para evacuar o enfrentar severos riesgos. Cathie Perkins, directora de manejo de emergencias del condado de Pinellas, destacó la gravedad de la situación:
“Este va a ser un nocaut. Necesitan irse de aquí y necesitan irse ahora”.
El gobernador Ron DeSantis informó sobre la movilización de recursos, incluyendo 9,000 efectivos de la Guardia Nacional de Florida y de otros estados, así como más de 50,000 operarios de servicios públicos provenientes de lugares tan lejanos como California. Sin embargo, se anticipó que las consecuencias fatales del huracán podrían ser inevitables.
La comunidad sigue enfrentando desafíos significativos mientras se recupera de las devastadoras consecuencias de Milton y Helene, con autoridades trabajando a contrarreloj para restablecer servicios y garantizar la seguridad de los ciudadanos.