Europa vive una de las olas de calor más extremas de su historia reciente, incluso antes del inicio oficial del verano. Desde el sur de España hasta los Balcanes, millones de personas enfrentan temperaturas superiores a los 40 grados centígrados, con registros históricos en múltiples ciudades.
En Sevilla, el termómetro alcanzó los 45 °C, rompiendo todos los récords locales. En Roma, se superaron los 42 °C y en Atenas, la sensación térmica ha sido descrita por medios y ciudadanos como “asfixiante”.
TURISMO Y VIDA URBANA, GOLPEADOS POR EL CALOR
El impacto ha sido inmediato. La Acrópolis de Atenas fue cerrada durante las horas de mayor calor para proteger a turistas y trabajadores. Las imágenes de visitantes desvanecidos y empleados refugiándose bajo carpas improvisadas se han vuelto virales.
En muchas capitales europeas, la vida cotidiana se ha trastocado: las calles lucen vacías al mediodía, los comercios cierran antes y las actividades al aire libre se han suspendido en varios países.
SALUD PÚBLICA AL BORDE DEL COLAPSO
Los sistemas de salud están desbordados. Golpes de calor, deshidratación y crisis respiratorias llenan hospitales y centros médicos. Los más vulnerables: niños, ancianos y personas sin refugio, son los más afectados.
Francia activó planes de emergencia y desplegó unidades móviles de asistencia. Alemania, donde este fenómeno es inusual, emitió una advertencia nacional. En todos los casos, los gobiernos coinciden: la situación es crítica y tiende a agravarse.
INCENDIOS SIN CONTROL EN VARIOS PAÍSES
Los incendios forestales se han multiplicado con velocidad alarmante. En Grecia, más de 1,500 personas fueron evacuadas en la región del Peloponeso. En Portugal y Bosnia, el fuego avanza sin control, alimentado por el calor extremo y los vientos secos.
Helicópteros y aviones cisterna trabajan día y noche para contener las llamas. En Croacia, las autoridades confirmaron la pérdida de miles de hectáreas de bosque. Un daño ambiental y económico incalculable.
LA AGRICULTURA EN PUNTO DE QUIEBRE
El sector agrícola está entre los más golpeados. En España, los olivos y viñedos muestran señales de estrés térmico severo. En Italia, productores de frutas hablan de una “catástrofe silenciosa”, con cosechas arruinadas antes de la recolección.
Los ríos Po (Italia) y Ródano (Francia) presentan niveles de agua alarmantes, lo que compromete el riego agrícola y el abastecimiento para miles de comunidades rurales.
LAS CIUDADES NO ESTÁN PREPARADAS
El urbanismo europeo ha quedado al descubierto. Muchas ciudades carecen de árboles, sombras o infraestructura adecuada para enfrentar el calor. Las viviendas mal aisladas agravan la situación en barrios populares y zonas históricas, donde los residentes no pueden costear aire acondicionado o adaptaciones.
La red eléctrica opera al límite. En varias capitales se han reportado cortes de luz intermitentes, producto del uso masivo de aire acondicionado. El encarecimiento de la energía suma otro golpe a las familias más vulnerables.
UNA ALERTA CLIMÁTICA QUE NO PUEDE IGNORARSE
Científicos del mundo coinciden: estas olas de calor ya no son excepcionales. Son más frecuentes, más largas y más intensas debido al cambio climático. Junio de 2025 ha sido confirmado como el mes más caluroso jamás registrado en Europa, y no hay señales de mejora a corto plazo.
La Comisión Europea ha instado a los Estados miembros a acelerar la transición energética y adaptar las infraestructuras a la nueva realidad climática. Sin embargo, el tiempo se agota, y las respuestas son desiguales y, en muchos casos, tardías.
UNA SOCIEDAD QUE EXIGE RESPUESTAS
La ciudadanía comienza a presionar. Trabajadores exigen pausas por calor extremo. Mientras miles de personas buscan refugio en centros climatizados públicos. La situación también se ha traducido en protestas puntuales por la falta de apoyo y medidas de adaptación reales.
Esta ola de calor no es solo una noticia estacional. Es una advertencia grave sobre los límites del modelo urbano, energético y social europeo. Las soluciones no pueden esperar: Europa está en llamas, y no solo en sentido figurado.