Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), los refugiados son “todas aquellas personas que se han visto obligadas a huir de su país a causa de un conflicto, persecución o violación de derechos humanos”, y actualmente, también se considera como tal a las personas que tienen que dejar su lugar de origen por desastres naturales.
Aunque tienen características específicas que los hacen distintos, también son refugiados aquellas personas que son desplazadas, aquellos que son desplazados forzosos, solicitantes de asilo, desplazados internos y apátridas, que tienen en común el temor por su vida y el hecho de que ninguno eligió ser refugiado.
El término se utiliza a menudo en referencia a las personas originarias de Siria, sin embargo los sirios no son las únicas personas que han tenido que huir de su país. Millones de personas de decenas de países de todo el mundo tienen hoy el estatus de refugiados.
De acuerdo a los registros de Naciones Unidas, en esta época el mundo está siendo testigo del mayor número de desplazamientos humanos de los que se tienen constancia. Para finales de 2016, 65,6 millones de personas en todo el mundo se vieron obligadas a abandonar sus hogares a causa del conflicto y la persecución, lo que representa una cantidad sin precedentes.
Se estima que entre ellas hay casi 22,5 millones de refugiados, de los cuales más de la mitad son menores de 18 años. Además, hay más de 10 millones de personas apátridas a las que se les ha negado una nacionalidad, y con ello el acceso a derechos fundamentales como la educación, salud, empleo y libertad de circulación.
En América Latina, ejemplos de países con grupos humanos sufriendo desplazamientos por diferentes motivos son Colombia, Perú, México, Guatemala y Brasil. Casos conocidos son los desplazados por la guerrilla colombiana.
El secretario general de la ONU, António Guterres, en su mensaje para esta fecha, ha dicho “el Día Mundial de los Refugiados constituye una expresión de solidaridad con las personas que han sido desarraigadas de sus hogares por la guerra o la persecución”. Y además, apunta: “Esas enormes cifras ocultan historias personales de sufrimiento, separaciones y pérdidas; de viajes en los que la gente se juega la vida en busca de seguridad; de luchas colosales para reconstruir vidas en circunstancias difíciles”.
Fuente: ONU, ACNUR.
