El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reveló que ha recibido la oferta de albergar las conversaciones a partir de ahora por parte de Chile, Brasil, Cuba y Noruega.
“Estamos examinando conjuntamente las opciones de nueva sede para continuar el quinto ciclo. Tenemos el propósito de reanudar los diálogos lo más pronto posible”, señala un comunicado difundido por las delegaciones de ambas partes.
El texto comienza agradeciendo al gobierno y al pueblo ecuatorianos “su contribución como garante y anfitrión del proceso de paz y la generosidad con la que acogieron la Mesa de Diálogos”.
Y extienden ese reconocimiento a la Pontificia Universidad Católica de Ecuador y a la Comunidad Jesuita, que también auspiciaron las conversaciones.
El comunicado precisa que la denominada Mesa de Diálogos “continúa avanzando en la búsqueda de resultados, entre ellos, el diseño de la participación de la sociedad y de un nuevo cese al fuego, que impulse el desarrollo de la agenda y contribuya a la paz de Colombia y el bienestar de la región”.
Por parte del Ejecutivo colombiano firma el documento el negociador jefe, Gustavo Bell Lemus, y por parte del ELN, su homólogo, Pablo Beltrán.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reveló hoy que ha recibido la oferta de albergar las conversaciones a partir de ahora por parte de Chile, Brasil, Cuba y Noruega, los tres últimos países garantes del proceso de paz con esa guerrilla.
El mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, anunció de manera sorpresiva esta semana que su país dejaba de ser garante del proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN, hasta que la guerrilla cese sus “actividades terroristas”.
Desde que se iniciaron las conversaciones entre el Ejecutivo de Santos y la guerrilla en febrero de 2017 se han completado cuatro rondas de contactos y actualmente se desarrollaba la quinta, con el objeto de lograr un nuevo cese de hostilidades.
El pasado 2 de abril se inició el proceso de evaluación del anterior alto el fuego de 101 días de duración entre el 1 de octubre y el 9 enero pasado, por parte de la Conferencia Episcopal de Colombia y una misión de las Naciones Unidas.