Gobierno venezolano conmemora los 64 años del nacimiento de Hugo Chávez
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Gobierno venezolano conmemora los 64 años del nacimiento de Hugo Chávez

Amado, odiado, anhelado, venerado. Este 28 de julio, Caracas recuerda el natalicio del político venezolano más prominente y controvertido de las últimas décadas.


Gobierno venezolano conmemora los 64 años del nacimiento de Hugo Chávez | El Imparcial de Oaxaca

Hay presencias ineludibles en la capital venezolana: el cerro Ávila, las guacamayas, las colas y la imagen de Hugo Chávez.

Su firma, su foto, su retrato, su busto y sus frases proliferan en las fachadas de la ciudad, en los edificios de interés social, en las barriadas, en los grafitis más o menos virtuosos que anidan la calle, en los despachos relucientes de funcionarios públicos, en las desvencijadas oficinas burocráticas, en las calcomanías de deteriorados autobuses, en las camisetas de algún trabajador, en afiches roído por los días.

Este sábado, si hubiese sido mentira la tarde en la que se anunció su muerte, quizá Chávez soplaría 64 velas en un pastel de cumpleaños. Pero la realidad es otra. La ausencia física del líder de la Revolución Bolivariana ha convertido la fecha de su natalicio en una ocasión que enciende las más febriles pasiones entre quienes le siguen y le adversan, ya sea por reivindicar su legado o intentar abolirlo. En esa diatriba, sin embargo, se abona un camino en el que los venezolanos son expertos: la cosecha de un mito, de un héroe que, inevitablemente, ya está inscrito en la historiografía como el parteaguas de toda una generación.

Chávez mito
En las perfumerías de la avenida Baralt del centro de Caracas, especializadas en vender artículos esotéricos, se puede comprar la imagen de Chávez en diferentes tamaños. En el 23 de Enero, una de las barriadas populares de la capital, le han erigido una capilla para elevarlo al estatus de santo.

En un país que se dice de mayoría católica, muchos seguidores de Chávez han levantado altares en sus casas o tienen su particular manera de venerarle. Larissa Costas, presentadora de televisión, admite que ni siquiera su ateísmo es impedimento para consagrarle al líder bolivariano “una esquina del hogar para sentir alivio en el alma”.

“Chávez se consolida en la conciencia nacional como una identidad histórica, política, filosófica y ética de carácter nacional”, explica Costas, quien considera al líder bolivariano como el responsable de “haber regresado la identidad al venezolano” y darle una “moral renovada”. Esos elementos, puntualiza, “generaron un vínculo afectivo entre el líder y el pueblo que, naturalmente, se manifiestan en la vela que una abuela le enciende en su casa, en las flores que le ofrendan, en las oraciones en su nombre, en la capilla instalada en el corazón de un barrio”.

Chávez profeta
“Ese hombre va a echar una vaina a este país”. El poeta venezolano Luis Alberto Crespo aseguraba había pronunciado esa frase después de su primer encuentro con Chávez, muchos años antes de que aquel soldado dirigiera un fallido golpe de Estado en 1992 o llegara a la presidencia con una victoria arrolladora. Dijo esas palabras sin sospechar que la premonición se convertiría “en una verdad histórica”.

Crespo lo describió entonces como un “soñador uniformado”, un “sentimental de la rebeldía” que iba a ser capaz de torcer la historia. Para el periodista y analista político Freddy Fernández, allí se funda el mito de origen: “Chávez fue un profeta. El discurso era él, siempre, sin contradicción alguna. Por eso su proyecto y ejemplo vivirán por muchos años: demostró que se puede venir de abajo y llegar arriba sin traicionar sus orígenes”.

“Chávez era un tipo de Sabaneta de Barinas, un nieto de Rosa Inés, un veguero. Su historia está hecha de una pureza capaz de resistir las más sutiles tergiversaciones”, continúa Fernández. La aclaratoria no es gratuita. Desde el fallecimiento del ex presidente, su figura ha sido el estandarte de todas las orillas del chavismo, de los islotes de la izquierda que no comulgan con el actual Gobierno y hasta de la oposición, cuyos voceros ahora lo reivindican a conveniencia.

Por eso, Fernández insiste en acudir a esa suerte de ‘arquetipo Chávez’ y aclara que es la única manera distinguir el verdadero chavismo: “Todo lo que no sea así, es mentira”.

Chávez igual
“Si te pones a ver, el gran acierto de Chávez fue parecerse a todos nosotros. ¿Quién no se crió entre mangos y lechosas? ¿Quién no tuvo una abuela como Rosa? Él era como un amigo de la casa, por eso la gente lo volvió tan suyo”, recalca el comunicador y humorista Roberto Malaver.

Entonces, la figura de Chávez se presenta con una doble particularidad: por un lado es ensalzada por el pueblo en su dimensión heroica y, por otro, resulta tan cercana que logra “devaluar el concepto de poder” que había en Venezuela, explica Malaver.

“Es que él supo llegarle a la gente como pocos, y lo hacía de una manera tan natural y espontánea que rayaba en lo real-maravilloso. Eso lo ha convertido, después de su muerte, en una querencia mayor por encima de todas las cosas”.

Esa cercanía es aún más evidente en un punto del oeste de Caracas: el Cuartel de la Montaña. En ese lugar, que se divisa fácilmente desde el centro histórico de la ciudad, Chávez dirigió la asonada de 1992 y es donde actualmente reposan sus restos. Allí, como todos los años desde su partida física, se han organizado los actos conmemorativos por su nacimiento.

La historia cuenta que Chávez fue parido un 28 de julio de 1954, en medio de un aguacero torrencial en los llanos venezolanos. Hoy, después de los cohetes que se escucharon después de la medianoche en varias zonas de la Caracas, la lluvia apareció para apagar la pólvora y regar el mito.


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