Parece un ritual planeado minuciosamente. El animal da un brinco elegante y cae justo donde quiere quedar: ya escogió el lugar perfecto para tomar una siesta, o el espacio ideal para darse un bañito de sol. No importa si es en la mañana, a la hora de comer o cuando cae la noche: siempre pasa lo mismo. Es un ir y venir lento, acompasado y decidido sobre las superficies, los muebles e incluso las personas. Aunque es una acción recurrente, la motivación detrás de que los gatos amasan no está tan clara para muchos de sus dueños.
Amasar superficies
En el lenguaje de los gatos, el hecho de que ellos amasen superficies y personas tiene significados diferentes, pero proviene de un mismo origen. Generalmente viene acompañado de un ronronear tenue, que se puede hacer más fuerte si el animal se siente cómodo y en confianza.
Aunque generalmente se identifica a los gatos como animales huraños, en realidad tienen maneras muy específicas de expresar cariño a su familia y al entorno en el que viven. Uno de los más icónicos es ese amasar lento y suave, que generalmente realizan antes de acostarse o acurrucarse con la gente que quieren.
Los felinos domésticos son muy sensibles. Cuando lo hacen contra superficies específicas —como un cojín, un sillón o las alfombras de la casa—, generalmente están preparando el territorio para acostarse. Es una manera de impregnar su olor al espacio en donde van a descansar, así como de reconocerlo por medio del tacto.
Amasar a otros animales
El “amasamiento” proviene de un instinto animal congénito. Cuando las crías de gato tienen que obtener leche de sus madres, de manera natural imprimen este movimiento acompasado sobre sus tetas para conseguir alimento. Julia Albright, veterinaria e investigadora de la Universidad de Tennessee, en Estados Unidos, señala que es fundamental para un desarrollo saludable.
Por esta razón, cuando los gatos adultos amasan a otros animales —no importa si no son de la misma especie—, representa un gesto de cariño y cercanía emocional con el otro. Es una manera de imitar el sentimiento de protección y seguridad que sus madres les dieron cuando estaban más vulnerables, buscando alimento para crecer fuertes.
Amasar a personas
Finalmente, cuando los gatos amasan a las personas con las que viven, el significado cobra una dimensión más íntima. Además de que ellos saben quién les da de comer, limpia su espacio y les provee de un hogar, el hecho de hacer este mismo movimiento sobre la panza, piernas o pecho de la gente con la que conviven es una manera de expresar amor profundo.
A diferencia de los perros, los gatos domésticos son animales más selectivos. Por esta razón, el amasamiento es una demostración de cercanía y confianza. Es común, incluso, que no lo hagan con todos los miembros de la familia con la que viven: sólo algunos —que identifican como miembros de su manada— tendrán ese privilegio.
Esto es así porque los gatos conservan un instinto de caza. En el momento de amasar, se vulnerabilizan con la persona a quien estén haciendo ese “masajito”. Por esta razón, generalmente se quedan dormidos al final, acurrucados con aquel a quien expresaron todo su cariño de esta manera. Aunque puedan enterrar las garras a veces, vale la pena permitir estas manifestaciones de amor.
