Algo que este año llamó mi atención en la cartelera del cine mexicano fue que casi al mismo tiempo fueron exhibidas las películas La boda de Valentina, Todo Mal y Hasta que la boda nos separe, y que decir del reciente anuncio de la adaptación mexicana de La boda de mi mejor amigo.
De manera personal me cuestioné ¿otra comedia mexicana? ¿Otra historia sobre una boda?, pero analicemos la situación más a fondo y hablemos de la relación del pensamiento del mexicano con la creación de este tipo de historias en el cine y la televisión del país.
Generalmente hay muchas personas que se quejan de la producción de este tipo de comedia lineal y predecible que abunda en el cine mexicano, pero, seamos honestos, si en México tenemos exponentes de la calidad de Cuaron, Iñárritu, Guillermo del Toro, Ripstein, Carlos Carrera, Carlos Reygadas, Michel Franco, Tatiana Huezo, entre otros, ¿Por qué se le da más difusión a los proyectos comerciales y refritos risibles? y ¿porque una buena parte de estos está relacionada con una boda?
Bueno, para empezar, el investigador y sociólogo Xavier Gutierrez Kobeh, explicó que especialmente en la década de los 70, los mexicanos teníamos muy marcada la aspiración matrimonial, y a pesar de que en la actualidad esta tendencia disminuyó, no ha desaparecido del todo.
Otro aspecto interesante sobre el tipo de cine que tiene éxito en nuestro país, que por lo general son las películas conocidas como “palomeras”, se debe a que en México la educación es lineal y los métodos de enseñanza desarrollan muy poco la parte imaginativa de los mexicanos.
Ahora hablemos de algo más interesante ¿Por qué recurrir a las comedias con historias forzadas y predecibles? Según Simon Bross, cineasta y publicista mexicano, las “risas” o comedia que aparece en televisión y el cine es directamente proporcional a la gravedad o crisis que se vive en el país.
Esto quiere decir que cuanto más muertos, violencia, pobreza y narcotráfico se presente en México, serán más los argumentos de historias cómicas y simples, que por lo general retratan situaciones idílicas en una familia ideal.
Por otro lado, tenemos las palabras de la comunicóloga Gabriela Warkentin, quien señala que cuando el entorno social es difícil, los creadores de contenidos se atreven a ser más sarcásticos, a utilizar más humor negro o ser más irreverentes, ya que intentas vender “felicidad”, pero a la vez plasmar una parodia de la sociedad.
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