Abraham Nahón : “pocos comprenden a profundidad su obra”
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Abraham Nahón : “pocos comprenden a profundidad su obra”

Muchos conocían al personaje Toledo y sus espacios culturales, incluso tienen una foto con él, pero Abraham Nahón pide ir más allá para tener una valoración propia


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Francisco Toledo “fue intempestivo con su arte: dúctil, polifacético, irreverente y muchas veces hizo su propuesta a contracorriente”. El investigador Abraham Nahón propone pensar en el momento en el que el abstraccionismo y la síntesis figurativa ganaban fuerza en el mundo del arte. “Toledo, con su imaginería, hizo brotar un lenguaje pleno de trazos y motivos sexuales, zoológicos y fantásticos vinculados a otras culturas”.

Remó contra corriente

Ese ir a contracorriente hizo que el autor de origen zapoteco (Oaxaca, 1940-2019) redescubriera mitos y tradiciones, y construyera “personajes sin afincarse en el folclorismo dominante. La transgresión de la sexualidad en sus imágenes, narraciones visuales y fábulas, fue punzante”.

El autor del libro Imágenes en Oaxaca, arte, política y memoria, en el que hace un repaso por el panorama cultural y artístico del estado (que observa con visiones tendientes al folclor) ahonda que junto a es transgresión de Toledo había un humor y una ironía elegantes. “Y en su última etapa, la re-politización de su obra ante la violencia imperante en nuestro país, también fue contundente”.

Si bien reconoce que el autor es visto como uno de los grandes artistas de México y Latinoamérica, también expone que muchos solo conocían al personaje o figura que se creó en torno a él. Conocen o han sabido de sus espacios culturales e, incluso, tienen una foto con él. “Pero muy pocos se han detenido a ver en profundidad su obra”.

Hay que valorar su obra más allá de apologías

Para Nahón, que ha estudiado a los personajes del devenir artístico en Oaxaca, así como los colectivos y las relaciones de estos con los momentos políticos o de ruptura social, sería favorable que artistas, investigadores y actores en el medio analicen con detenimiento las obras de Francisco Toledo. Que no se mitifique ni se haga apología (es decir, que no se le defienda con vehemencia) con argumentos simples, sino que se valoren “sus aportes estéticos y éticos a nuestra sociedad”.

Con la muerte del autor que creó diversos recintos e instituciones vinculadas con las artes o las culturas, Nahón pide también cuestionar el mito del artista solitario. “No olvidemos que las grandes obras están plenas de sociedad y de las inquietudes de su tiempo. Hay un campo artístico fértil y una época histórica que incide en la formación y construcción de obras. Y Toledo abrevó de las enseñanzas de Tamayo, pero también de una constelación de artistas y fue muy hábil para negociar y tejer proyectos frente a las severas espacialidades del poder”.

De ahí que en lugar de respuestas proponga preguntas para saber de qué manera continuar el trabajo iniciado y desarrollado por Toledo.

¿Quién lo sucederá?

Si se habla de un paso de estafeta, ¿Hay alguien que suceda a Toledo?- se le pregunta a Abraham. Él dice desconocer si es conveniente plantearse la noción de un sucesor, pues cada artista (y ser humano) es singular, y por lo mismo insustituible.
“Me cuesta que sigamos valorando la noción del genio único porque eso nos limita como sociedad creativa, nos resta potencia, como si no la dinámica de los tiempos nos mostrara que habrá otras sensibilidades punzando: debe haberlas. Hay que saber distinguir eso titulares que dicen: ‘Se va el último de los grandes pintores’. ¿Qué pensarían los artistas y jóvenes que desean dedicarse a ello o los cientos de artistas que trabajan incansablemente, por años, o quienes lo hacen desde la precariedad de sus condiciones?”

Debemos desconfiar de esos titulares que discriminan, que desprecian a otras iniciativas que poseen su propia fuerza y grandeza, agrega el investigador.

“En el fondo, Toledo confiaba en la expansión del arte y en múltiples réplicas a nivel social”. Si bien la muerte de Toledo impacta, duele y alerta a seguir fortaleciéndonos, organizándonos, tratando de resistir y combatir las oscuridades de nuestro tiempo, eso no será tarea fácil, advierte.

“Los oportunistas y carroñeros ya planean el cielo de Oaxaca. Espero que se pueda defender ese enorme legado de Toledo realizado en sociedad. Y también ejercer su legado inmaterial: ser creativos, resistir (desde lo local-universal) y reinventarnos en sociedad”.