Una ola de incertidumbre golpeó los mercados financieros globales luego de que el presidente Donald Trump reavivara sus ataques contra la Reserva Federal, sugiriendo abiertamente su interés en destituir al actual presidente del banco central, Jerome Powell. La respuesta fue inmediata: el dólar cayó frente a todas las divisas principales, los mercados de futuros en Wall Street retrocedieron y el oro alcanzó un nuevo máximo histórico.
LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VACACIÓN
La gota que derramó el vaso fue la declaración del director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett, quien reveló el viernes que Trump está “explorando” si puede legalmente despedir a Powell, en medio de la frustra del mandatario por la falta de recortes en las tasas de interés. El impacto en los mercados fue fulminante: los fondos de cobertura comenzaron a deshacerse de dólares el lunes, aumentando la presión bajista sobre la moneda estadounidense.
El Índice Bloomberg Dollar Spot cayó un 0.7 % solo el lunes, sumando tres semanas consecutivas de pérdidas. Divisas como el euro y el franco suizo alcanzaron sus niveles más altos en años, y el yen japonés —refugio habitual en tiempos de crisis— se fortaleció significativamente, impactando negativamente en la bolsa de Tokio, que cerró con una caída superior al 1 %.
“Despedir a Powell sería una jugada extrema”, advirtió Christopher Wong, estratega de divisas de Oversea-Chinese Banking. “La credibilidad de la Fed está en juego. Si se politiza, los activos denominados en dólares podrían necesitar una prima de riesgo adicional”.
COMETARIOS DESACERTADOS DE TRUMP
Los analistas coinciden en que los comentarios de Trump ponen en tela de juicio la independencia de la política monetaria estadounidense, un pilar que ha sido históricamente respetado por todos los gobiernos desde la creación de la Reserva Federal. Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, fue tajante: “La independencia de la Fed es esencial. Interferir con ella tendría consecuencias duraderas”.
El propio Trump avivó la polémica al declarar que “podría obligar a Powell a dimitir si lo desea”, aunque no aclaró si planea ejecutar esa opción o simplemente desea que termine su mandato, previsto para mayo de 2026.
DÓLAR DEBILITADO
Además de la presión presidencial, el dólar ya venía debilitado por el contexto de guerra comercial y la tendencia de varios países asiáticos a diversificar sus reservas fuera del billete verde. Rachana Mehta, de Maybank Asset Management, explicó que “los países están convirtiendo parte de sus reservas para protegerse de la volatilidad y evitar dependencia del dólar”.
El oro, activo refugio por excelencia, rompió récords mientras el rendimiento de los bonos del Tesoro mostró señales de estrés: los papeles a dos años subieron, pero los de largo plazo cayeron, reflejando una curva de rendimiento más empinada y mayor temor a la volatilidad futura.
MALESTAR INTERNACIONAL
En el plano internacional, el malestar se intensifica. El ministro de Finanzas francés, Eric Lombard, advirtió que despedir a Powell “socavaría la credibilidad del dólar y desestabilizaría la economía global”. Mientras tanto, clientes chinos de Deutsche Bank comenzaron a reducir sus tenencias de bonos del Tesoro para apostar por deuda europea, una señal de que la confianza en los activos estadounidenses podría estar en declive.
Esta semana, los mercados estarán atentos a las negociaciones comerciales entre EE. UU. y la Unión Europea, así como al desarrollo de los aranceles con India, tras nuevas amenazas de Washington.
Trump, fiel a su estilo, parece decidido a poner su marca en la política monetaria, incluso si eso implica desafiar décadas de tradición económica. Pero esa jugada podría salirle cara, no solo políticamente, sino en el termómetro que más detesta: los mercados financieros.